No sólo era un almacén de ramos generales en el que los vecinos podían comprar lo que quisieran, también contaba el local con un corralón de maderas y acopio de frutos.
Además, la firma era representante de grandes marcas como Internacional Hawerster Compañía Argentina, máquinas e implementos agrícolas, camiones, tractores Deering, International, productos Texaco, naftas, lubricantes, etc.

Allá por los años 30, la firma contaba con sucursales en La Dulce y Quequén.

En los primeros días de octubre de 2004, en una oficina de subastas judiciales de la Capital Federal, se remataba en 476.000 y culminaba la historia de uno de los comercios más tradicionales de nuestra ciudad.

Este negocio había abierto sus puertas un siglo antes, en 1889. Allí los vecinos podían comprar de todo, desde mercadería hasta ropa y también combustibles, vehículos y maquinaria agrícola. Debido a ello se convirtió en uno de los comercios más importantes de la ciudad.

Antes de ser rematado, fue utilizado por los chicos del Colegio Pío XII.

Respuesta:

Se trata de La Casa Euskalduna fundada por don Tomás Bilbao, en la esquina de las calles 62 y 63. Años después asumía la dirección del establecimiento Carlos María Jaca.