Fue el 24 de enero de 2019, según recuerda el fotógrafo Eduardo García Rapp en sus redes sociales. El muelle de los pescadores fue el atractivo de vecinos y turistas debido a que, una gran bajamar afectó nuestra costa y la estructura quedó completamente descubierta.

Ese día pudimos ver la punta del muelle, algo que siempre queda bajo el océano. Meses después, por cuestiones de seguridad, se demolió parte de la construcción. Fue para evitar que la gente sigua subiendo ya que presentaba serios riesgos de derrumbe.

“Apenas la máquina tocaba el hormigón, se caía sola” señaló el ingeniero Guillermo Botella, quien por entonces cumplía funciones como subsecretario de Obras Públicas y agregó que “ya no había sustento de los hierros porque el óxido avanzó tanto que los terminó de cortar, además de la disgregación de la brisa salina, el viento y el embate de las olas que ha sufrido la estructura en todo este tiempo”.