No importa si es invierno o verano, el Velódromo, en el corazón del parque Miguel Lillo, es uno de los lugares favoritos para las familias donde los más pequeños pueden disfrutar con libertad el placer de andar en bici, skate, patines o para aprender a dar las primeras pedaleadas.
Si bien es común que este espacio sea un punto de encuentro los fines de semana, en estos días de buen clima de vacaciones de invierno, vecinos eligen este lugar para recrearse al aire libre y compartir algún matecito mientras los niños aprovechan para dar vueltas a la pista.
Además de la belleza natural, de manera permanente el cuerpo de guardaparques recorre la zona para dar seguridad y controlar también el correcto cuidado del espacio público.
Lugares comunes que nos unen en una ciudad que regala magia para todas las edades.