A partir de los cambios que se están generando en el ecosistema por varios motivos que investigan los especialistas, los elefantes marinos han empezado a recalar en las playas de la costa atlántica.
Este fin de semana, pudieron observarse dos de estos ejemplares haciendo una plácida siesta junto a los lobos marinos, hasta que uno de ellos se despierta y se enoja con su compañero.
La semana pasada, un elefante había quedado varado en los planchones de rocas del Balneario Los Ángeles y, según había explicado a Tsn Necochea el ambientalista Carlos Leo, la llegada de estas especies a nuestras costas, que hasta hace unos pocos años era algo muy inusual, se está volviendo cotidiana por diversos factores.
“Es inédito, pero nacieron dos crías de elefante marino en Mar del Plata; una en Gesell y otra en Brasil” informó Leo y no descartó, en ese aspecto que se produzca algún nacimiento también en nuestra ciudad ya que “han llegado muchos que, evidentemente, están huyendo de la explotación petrolera o de los grandes buques y se refugian también en nuestra zona”.
Asimismo, el mes pasado, se reportaron tres casos inusuales de nacimientos de elefantes marinos del sur (Mirounga leonina) en la costa de la provincia de Buenos Aires. El primero de ellos ocurrió en la localidad de Mar Chiquita y luego tuvieron lugar los acontecidos en Mar de Ajó y Villa Gesell, el 11 y 12 de octubre, respectivamente. En Brasil también se repitió el fenómeno el pasado 11 de octubre en la playa de Siriú, ubicada en el municipio de Garopaba, estado de Santa Catarina.
Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino, aclaró que “Es difícil determinar hoy una única causa, pero a modo de posible hipótesis podría estar relacionado con la elevada mortalidad de cachorros, animales adultos y subadultos de esta especie en Península Valdés durante 2023, a raíz de la influenza aviar. También podría tratarse de hembras primerizas que, en su migración hacia el sur, fueron sorprendidas por el parto”.
En ese sentido, respecto al impacto de la influenza aviar, el año pasado un reporte difundido por The Wildlife Conservation Society (WCS) de Argentina, alertó sobre una mortalidad extrema de cachorros de elefantes marinos del sur de entre 56 y 74 por ciento en Península Valdés.