La conmemoración del Día del Guardavidas ratificó por encima de su labor, la vocación de socorrer al prójimo cuando su vida corre peligro en el mar. Durante una emotiva ceremonia realizada en la noche de este domingo en la Plaza Neptuno, se recordó a aquellos guardavidas que por distintas causas fallecieron en el último tiempo.
El cierre de la Semana del Guardavidas contó con la organización de la asociación local, sobresaliendo la presencia de una importante cantidad de estos servidores públicos que estuvieron acompañados de sus familiares y amigos.
El momento más importante de la calurosa noche llegó cuando se produjo el descenso a la arena donde se dio inicio a una marcha de antorchas que escoltó las ofrendas florales que fueron depositadas en el mar. En ese entonces afloraron los sentimientos de emoción y respeto en todos los presentes, al observar como más de cincuenta guardavidas haciendo sonar sus silbatos y con las mencionadas antorchas ingresaban al mar para cumplir con el objetivo.
Previamente, el acto incluyó palabras alusivas a la fecha. Como sucedió el año anterior se dirigieron al público Nacho Medina y Fernando Pérez, este último jubilado de la actividad.
“Tomamos como vocación nuestra profesión, la que aprendimos de chicos con gente experimentada”, señaló Medina, añadiendo que “ (www.mobilepackages.pk) esta es una fecha para el recuerdo de aquellos que ya no están”. En ese contexto y con muestras de dolor citó su hermano Manuel (fallecido en un accidente automovilístico), que se desempeñó durante 12 años como guardavida.
El acto incluyó la colocación en el monolito de dos placas que sirven para recordar a quienes fallecieron recientemente. Una de ellas lleva inscripto el nombre de Jorge Murcia. El descubrimiento de esta estuvo a cargo de su hermano Andrés, su hija Rocío y quien era su pareja, Carolina Del Hoyo.
“Mi hermano amaba la profesión”, expresó Andrés Murcia; recordando que “su primer salvataje lo realizó conmigo, cuando tenía 12 años”.
Otra de las placas recuerda a Ricardo Liboreiro.
El cierre se produjo en medio de un cerrado aplauso de los asistentes cuando los guardavidas regresaron del mar. Sobre la orilla hubo fotos del numeroso grupo e inmediatamente después surgieron cánticos festivos donde renovaron su vocación de servicio para la actividad que eligieron desempeñar.