El contexto actual obligó a muchos emprendimientos a hallar el modo de afrontar la crisis. Algunos sobreviven gracias al movimiento turístico que generaron las vacaciones de verano primero y las de invierno después, aunque hay incertidumbre por lo que vendrá.

La hotelería es uno de los rubros más golpeados en el último tiempo, por los vaivenes de la economía y ahora, también, por la pandemia. En nuestra ciudad, desde hace 15 años muchos debieron reconvertirse y comenzaron a funcionan como residencias de adultos mayores; otros tantos, fueron alquilados para transformarse en dependencias del Poder Judicial.

Según los datos brindados a TSN desde la Asociación de Hoteles, en los últimos 15 años más de 20 hoteles se convirtieron en residencias de adultos mayores como el caso de los hoteles Monte Cristo, Lanús, Asturias, la hostería Rio Colorado y Cielo y el San Miguel.

En otros casos, sus propietarios decidieron alquilarlos al estado bonaerense para que se conviertan en dependencias de la justicia como el caso del ex hotel Argentino, donde hoy está el Juzgado Criminal 1; El Corona, sobre avenida 75 donde funciona la fiscalía; el Bambi que es el juzgado de Familia n°1 y así se siguen contabilizando otros como el Nuevo Casino, Monte Polino, Las Olas, Sandra y Malvinas Argentinas.

Los que no se adaptaron y no pudieron seguir subsistiendo a las crisis cerraron sus puertas definitivamente y entre ellos se puede recordar al hotel Center, Zulma, Hotel Necochea, Castilla, Álvarez Palace, Gala, Los Girasoles, Hotel Suizo, TyM, El Almirante, la Hostería Costa Bonita, Lido, Campomar, Torre Molinos, La Casona, Las Nieves, y Venecia entre otros.

“Con esto queda demostrado la falta de apoyo que tiene la hotelería, la falta de reglamentaciones y la poca ayuda que hacen que hoy mantener un hotel no sea algo rentable” sostuvo Claudia Calvo, presidenta de la entidad.

Se conjugan entonces dos factores. Por un lado, la caída del turismo en la ciudad si se lo compara con los años dorados de veranos eternos y por otro, la demanda cada vez mayor de espacios para que los adultos mayores terminen sus días.

Es verdad, antes no había tantos geriátricos, sin embargo, la falta de tiempo de las familias para otorgar los cuidados y atención necesaria a los adultos mayores y la extensión de los años de vida, han hecho necesario el surgimiento de estos espacios que aprovechan los viejos hoteles en desuso para adaptarlos a los abuelos.

Los tiempos van cambiando y las estructuras que todavía quedan en pie necesitan readaptarse para poder sobrevivir y evitar la soledad del abandono. Entonces, poblados de abuelos, los hoteles se reconvierten en hogares. Y vuelven a albergar en sus habitaciones a huéspedes con los que, tal vez, comparten en sus almohadas los sueños de un pasado feliz.