Abel Basti, a cargo del proyecto Eslabón Perdido, le solicitó a la Vice presidenta Victoria Villarruel que, en su rol de presidenta del Senado Nacional, declare de interés la búsqueda de submarinos nazis en el mar argentino.
Se trata el expediente S- 87/23 que, según Basti, “fue cajoneado en el senado para ocultar la verdadera historia”.
Basti y su equipo insisten en que el caso hundido que hallaron en inmediaciones de Arenas Verdes, pertenece a los restos de un submarino alemán.
El descubrimiento del naufragio fue incorporado por el Servicio de Hidrografía Naval en la carta náutica respectiva, pero sin identificarlo. Respecto al estudio de las imágenes obtenidas, se realizaron dos pericias privadas que coincidieron en concluir que se trata un submarino, pese a que Alemania aseguró desconocerlo.
Las imágenes del pecio fuero analizadas los peritos ingenieros Juan Martin Canevaro -expresidente del Consejo Profesional de Ingenieros Navales de Argentina- y Andrés Miguel Cuidet; y otra por el doctor Fabio Bisciotti, experto de la Liga Naval Italiana, con vasta experiencia en sumergibles de la Segunda Guerra Mundial.
Hasta el presente, Alemania oficialmente no ha admitido la versión que indica que UBoote fugitivos llegaron a la Argentina en 1945 luego de que el Tercer Reich firmara el armisticio con las potencias aliadas, a pesar de que varios informes de la Armada Argentina confirman la presencia de esas naves en costas nacionales, durante el invierno de ese año, según consta en los archivos de dicha fuerza armada. Al respecto, Ariel Gelblung, director del Centro Simón Wiesenthal para América Latina, recientemente expresó que el silencio del gobierno argentino frente a este tema “alimenta la especulación y la sospecha”, en declaraciones realizadas a medios internacionales.
Tanto en el Senado de la Nación como en la Cámara de Diputados se tramitan iniciativas legislativas para declarar al hallazgo como “el descubrimiento más importante de la historia naval argentina”.