Un espectacular triple choque en la Ruta 228 dejó como saldo a dos conductores heridos.
El siniestro ocurrió esta mañana a 7 kilómetros de Necochea cuando colisionaron dos camiones y una camioneta. El tremendo impacto provocó el vuelco de un acoplado cargado con cebada.
El siniestro vial se registró pasadas las 6,30 en momentos en que una densa cortina de humo proveniente del predio donde se depositan los residuos urbanos invadía la carretera, señalaron testigos presenciales, no descartándose que esa situación haya sido la causa que originó la triple colisión.
Por la mano que conduce a Necochea circulaba un camión con acoplado Mercedes Benz 1518 cargado con cebada que conducía Claudio Hoyos, de 46 años y con domicilio en Tres Arroyos. En el mismo sentido, pero algunos metros por detrás lo hacía otra pesada unidad de la misma marca, modelo 1620 que también transportaba el mismo cereal al mando del chofer Walter Heim, de 56 años, domiciliado en la localidad de Orense.
Según se supo, la mecánica del accidente se originó cuando el último camión no advirtió la presencia del otro, colisionando de manera violenta contra la parte trasera del acoplado. Ello hizo que la pesada unidad efectuara un efecto tijera entre el chasis y el acoplado, justo en el momento que por la mano contraria circulaba una Renault Duster que impactó de manera frontal contra el lateral derecho del chasis del Mercedes Benz 1620.
La camioneta estaba al mando de Juan Eduardo Peters, un empleado rural de 55 años que reside en nuestra ciudad.
Como consecuencia del tremendo golpe Peters sufrió la fractura de su clavícula izquierda, mientras que Heim resultó con golpes en la cabeza. Los tres conductores fueron trasladados en ambulancia hasta el Hospital Ferreyra donde recibieron las correspondientes curaciones y estudios médicos, quedando solo internado el conductor de la Duster.
La espectacularidad del accidente quedó reflejada en el estado de los rodados involucrados, principalmente en los daños que registró la cabina del camión cuyo acoplado volcó, en tanto la parte delantera de la camioneta quedó literalmente compactada.
Por su parte, en el portón del acoplado del primero de los camiones quedó incrustado parte del guardabarros de la restante unidad de carga, lo cual demuestra la gravedad de la colisión. Algunos automovilistas que observaron lo sucedido no salían de su asombro, no alcanzando a comprender –por el estado en que terminaron los rodados intervinientes- como no se habían registrado víctimas fatales.
“Fue un verdadero milagro”, se escuchó decir en reiteradas oportunidades.
El vuelco del acoplado hizo que el cereal quedara esparcido sobre la carretera, siendo necesario el trabajo de una pala mecánica que procedió a retirarlo del lugar mientras se producía una larga fila de vehículos que esperaban por la liberación del tránsito, cosa que finalmente sucedió después de un prolongado período de tiempo.
Con posterioridad la misma máquina vial se encargó de retirar el acoplado.
En el lugar se hizo presente personal policial del Destacamento de Seguridad Vial Quequén y bomberos de la misma localidad.
Lo ocurrido dio lugar a la formación de actuaciones sumariales con la intervención de la instrucción judicial en turno a cargo del fiscal Guillermo Sabatini.
El informe completo de TSN: