Quedó detenido el hombre que conducía un vehículo alcoholizado con el que embistió y provocó la muerte de un bombero.
Así lo dispuso en las últimas horas la justicia de Garantías, que avaló el pedido del fiscal interviniente en el luctuoso episodio registrado en la madrugada del viernes 1° de enero en 65 y 48.
Rubén Héctor Baconcelo, de 45 años se encuentra alojado en un calabozo de la Comisaría Primera. Está acusado de homicidio culposo agravado, por la conducción de un vehículo en estado de ebriedad.
Alrededor de las 4 de la madrugada la motocicleta Gilera que guiaba Esteban Ibauza, de 33 años resultó embestida por un vehículo Toyota Corolla que estaba al mando de Basconcelo.
A causa del fuerte impacto el conductor del pequeño rodado salió despedido y al caer sobre el pavimento sufrió graves heridas que le causaron la muerte en el lugar.
La magnitud de la colisión derivó en el incendio de la motocicleta que pudo ser sofocado con la presencia bomberos.
Según se supo, el test de alcoholemia practicado a Basconcelo arrojó como resultado 1,35 de alcohol en sangre, superando ampliamente el límite de 0,50 previsto para conducir un vehículo.
En la audiencia de declaración indagatoria ante el fiscal Walter Pierrestegui el hombre prefirió permanecer en silencio. Luego, el titular de la UFI 20 en base a las primeras evidencias solicitó su detención por el delito de homicidio culposo, agravado por conducir un vehículo en estado de ebriedad, la cual fue otorgada por el Juez de Garantías Guillermo Llugdar.
El deceso de Esteban Ibauza, de 33 años, causó un profundo dolor en sus familiares como en todos sus compañeros, principalmente aquellos con los que compartía la actividad laboral en el cuartel de Quequén, la misma repartición en la que falleció su padre hace quince años, cuando realizaba un trabajo de reparación en el techo y sufrió un accidente.