El ladrón necochense que intentó asaltar a un contador en Mar del Plata sufrió cuatro impactos de bala. El hijo del profesional le disparó varias veces con su arma de grueso calibre. Al conocerse los resultados de la autopsia no se descarta un exceso en la legítima defensa.
Un tiro en la cabeza, otro en el pecho y otros dos de consecuencias no mortales recibió el delincuente abatido el jueves al mediodía cuando el hijo de un contador al que asaltaba lo acribilló.
El joven de 25 años podría ver de esta manera comprometida su situación judicial en función del informe forense que ya posee el fiscal Fernando Castro.
Las imágenes de una cámara de seguridad que serán analizadas recién la próxima semana podrían confirmar la respuesta desproporcionada del joven y lo que en un primer momento se orientó hacia un posible caso de legítima defensa, derivaría en un exceso en la legítima defensa.
El fiscal Castro, vale recordarlo, abrió un expediente caratulado homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación ilegal de arma.
Las pruebas periciales que se agregaron en las últimas horas a la causa parecen controvertir la percepción inicial y la versión que circuló, en la que se mencionaba un feroz enfrentamiento a tiros entre las víctimas del robo y el delincuente.
Juan Gabriel Gómez (37), un ladrón con amplio prontuario en la ciudad de Necochea, recibió cuatro disparos cuando quiso asaltar al contador que bajaba de su camioneta frente a su estudio de Matheu al 2900. El hijo del profesional fue quien acertó los tiros con su arma calibre 45 (11.25), en tanto el ladrón solo accionó una vez su pistola .380. La labor de los peritos balísticos, en conjunción con los datos surgidos de la autopsia y del registro en video, podrán determinar la secuencia de disparos.
Una cámara de seguridad de un domicilio cercano muestra cómo el hijo del contador efectúa varios disparos sin que se pueda distinguir una respuesta de Gómez. Acaso el arma de éste fue gatillada cuando caía.
El fiscal Castro deberá analizar todas las imágenes, cotejarlo con los peritajes balísticos y los testimonios para determinar si el delincuente fue rematado en el piso de un tiro.
Cuatro vainas pertenecientes a la pistola del hijo del contador fueron recuperadas por la Policía Científica en la vereda, mientras que solo una, junto a la rueda trasera de la camioneta, pertenecía al arma de Gómez. Por otra parte, No obstante, los peritos balísticos habrían recogidos más cápsulas que fueron expulsadas por armas no confirmadas, aunque no se descarta que también correspondan a la pistola calibre 45 del hijo del contador o al cómplice de Gómez que huye a pie.
La operación de autopsia estuvo a cargo de Adolfo Peñeñory, del Cuerpo Médico de la Policía Científica, y estableció que Gómez tenía dos disparos potencialmente mortales, uno que entró por el pecho y le afectó el corazón, y otro en la cabeza. También había otros dos impactos de bala en un brazo que terminó alojando el proyectil debajo de la axila y el restante en un codo.
La diferencia entre actuar dentro del marco de la legítima defensa y un exceso es, nada menos, que una condena. En el primer supuesto el imputado es sobreseido, mientras que en el otro acarrea una pena que va de 1 año a 5 de prisión.
El asalto ocurrió poco antes de las 12 en la puerta del estudio de arquitectura y diseño donde también el contador tenía su oficina. Allí el profesional, custodiado por su hijo, arribó en camioneta por delante de una mujer que lo hizo en automóvil. Ambos iban a efectuar una transacción con moneda extranjera, otra de las actividades a las que, según los investigadores, se dedicaba el hombre.
Al mismo tiempo un automóvil Audi A3 se detuvo en la calle y de él descendió Gómez, con su pistola calibre .380. De una corrida Gómez se acercó al contador y entonces fue cuando intervino el hijo de la víctima del robo y disparó varias veces.
El Audi fue hallado incendiado en otro sector de la ciudad y se trata de determinar si tiene pedido de secuestro de esta ciudad o la zona.