Alertado por vecinos que divisaron el ejemplar severamente lastimado por un zuncho este fin de semana en la escollera sur, el ambientalista Carlos Leo no tardó en acercarse al lugar para intentar ayudar al animalito.
Según relató, se trataba de un leoncito sudamericano que fue liberado el sábado luego que en la noche del viernes, la vecina Mica Massan, le enviara un mensaje a Leo describiendo lo mal que estaba el leoncito.
“Al otro día me dirijo hacia Escollera Sur para encontrarme con el mamífero; en efecto: el Lobito estaba casi muerto” detalló el ambientalista y explicó que, “luego de casi 4 horas de sigiloso trabajo, bajo ningún punto de vista el Lobito debía huir, ese es el gran desafío, habida cuenta de su estado calamitoso”.
A pesar de eso y pese a su estado, el leoncito se trasladaba de un lado para el otro y cruzó la escollera hacia Playa de los Patos.
Hubo dos intentos de rescate fallidos porque estaba asustado y se movía de un lado para el otro “hasta que en un momento se calmó; luego de media hora de espera se queda quieto. El Lobito estaba altamente dolorido”.
Además, no se trataba del único ejemplar con enmallamiento. Hay tres más, pero Leo decidió empezar por el caso más grave.
La secuencia continúo en un tercer intento: “Por suerte se dio vuelta y dejó de mirarme fijamente. Silenciosamente y con sumo cuidado me acerco hasta tenerlo a tiro, pero otra dificultad se avecina, al posicionarse de costado no le veo el zuncho, cambiar nuevamente de posición era inconveniente, no quiero que se siga estresando y lo peor que huya. Hay que arriesgar: debía cortar esa porquería a través del método de tanteo”.
Así fue, cuando logró esta lo suficientemente cerca logró sacar el zuncho con un corte al que calificó como “esplendido”.
Leo reconoció que “fue el rescate más importante y hermoso, pero también difícil, de los sesenta y pico de ejemplares salvados. Acá no podía fallar. Mi alegría es total ante las dificultades del momento, el frío era muy bravo, las camionetas que pasaban a 10 metros del Lobito, los inescrupulosos de siempre con las motos a toda velocidad. Algunas personas que a pesar de comunicarle que estaba haciendo un rescate, se agolpaban alrededor no sólo dificultando el mismo, sino con improperios hacia quien suscribe. No importa; por todo lo expuesto fue el rescate más importante de mi vida”.