Novak fue custodio y guardián de un legado mítico sobre el pueblo que pereció bajo las aguas por una inundación en 1985 y cuyas ruinas fueron escenario de numerosos documentales, videos y visitas turísticas. Incluso el Indio Solari y sus Fundamentalistas del Aire Acondicionado eligieron a Epecuén como marco para uno de sus shows en 2021, plena pandemia.
Un tiempo antes, en enero de 2020, don Pablo había sido distinguido como Embajador Cultural y Turístico del distrito por ser testimonio vivo de una historia muy especial.
Hoy el jefe comunal Andrés realizó un posteo en redes para comunicar la noticia de su deceso:
“Hoy es un día para decir adiós, aunque no sé si a las leyendas se las despide. Don Pablo Novak, así: sonriente, entusiasta, siempre dispuesto a largas charlas y relatos de anécdotas quiero recordarte”, escribió.
Y continuó: “Así, recorriendo Epecuén en tu bicicleta, leyendo el diario en una esquina de las ruinas, compartiendo como guía tus experiencias con los turistas y los periodistas de todos lados que preguntaban por El Último Habitante de Epecuén. Así todos vamos a recordarte. Hoy es un día para decir ¡Gracias Don Pablo! Descansa, que nosotros cuidaremos tu legado aunque nunca será lo mismo”.
En una de las últimas crónicas de La Nueva sobre este personaje de la región, Novak contó que vivía en Epecuén porque, en pocas palabras, es un lugar que lo hacía feliz.
Nacido en la villa en 1930, toda su vida transcurrió en ella. Recordaba con nostalgia los mejores momentos del pueblo, cuando en la década de 1940 contaba con unos 2 mil habitantes y su familia progresaba gracias a una fábrica de ladrillos. En el medio, él fue creciendo, se casó y tuvo diez hijos.
Tras la inundación, todos los habitantes del lugar partieron hacia la ciudad cabecera del Municipio, Carhué. Él también se fue, pero volvió al poco tiempo. Su mujer y sus hijos quedaron en Carhué, pero él necesitaba regresar.
Se instaló con una casilla y una vaca sobre una de las calles que había resistido sobre la superficie. “Me da un poco de tristeza ver lo que quedó, pero también recuerdo los momentos de alegría. ¿Cómo voy a estar en otro lugar? Yo hice todo acá”, decía.
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