Nuestra querida Necochea celebra hoy sus primeros 142 años. Además de los actos protocolares, habrá festejos en la plaza Dardo Rocha durante tres días con espectáculos de primer nivel.

Historia de un naufragio:

El 29 de mayo de 1873, naufragó sobre estas costas el bergantín goleta Filántropo, que había zarpado un mes antes del puerto de Buenos Aires con destino a Bahía Blanca. Juan Bautista Picón era el capitán de la nave que transportaba carga de varios remitentes. La tormenta los sorprendió en alta mar el 8 de mayo y se ensañó con dureza y furia por 21 días, hasta encallar en la zona de “Médano Negro”.

La tripulación y los 14 pasajeros quedaron a las 9 de la noche a salvo sobre el infortunado navío. La zona, azotada por el río y el viento de la época, era morada de bandoleros y evadidos de la ley, peligros a los que se sumaba la presencia amenazante del indio.

El capitán del barco, envió un informe escrito al juez de paz del Partido de Necochea, Victorio de la Canal, en el que relataba lo sucedido en el viaje de Buenos Aires a Bahía Blanca. “A las 8 de la tarde el buque se encontraba encallado y se empezó a trabajar para poner a salvo a los 14 pasajeros, entre ellos dos niños y dos señoras”, señaló al final de aquella nota. A las 21, tanto los pasajeros como los tripulantes del buque se encontraban a salvo en tierra. Y en la mañana del día siguiente “se verificó el estado del buque, que se encontraba en seco en el rincón de Quequén Grande cerca del Médano Negro, partido de Necochea”.

El 4 de junio, el Juez de Paz, Victorio de la Canal notificó del naufragio al ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Amancio Alcorta, y avisó que había mandado poner custodia hasta tanto él ordenara lo que se debía hacer. Días después, De La Canal informó que había instalado una guardia de 15 hombres al mando del alcalde, al cuidado de los intereses del buque y había ordenado se suministrara a los náufragos los alimentos necesarios… Tras diversas alternativas y circunstancias, el 1 de diciembre, el Juez de Paz le informó al Ministro de Gobierno de la Provincia, que había tomado el inventario y quedaban dos hombres al cuidado del Filántropo, y que temía que las continuas marejadas puedan llevarlo del lugar…

El mástil de esta nave fue quitado y sería colocado en la plaza central donde el día de la fundación de Necochea,  el 12 de octubre de 1881, se enarboló la enseña patria.

“Médano Blanco” había sido el sitio elegido para que algunas familias se afincaran allí, en cuyas cercanías tenía don Nicanor Duarte su establecimiento de campo. Precisamente fue Duarte, junto a un grupo de sus peones, quien concurrió al lugar para prestar ayuda y dar albergue a los náufragos del Filántropo, y de inmediato dio aviso al comandante de Guardias Nacionales, don Angel I. Murga, concurriendo este con diez milicianos para colaborar y evitar que algunos maleantes que andaban por la zona intentaran apoderarse de los efectos y mercancías rescatadas del naufragio. Asimismo, previamente informado, también concurrió al lugar el juez de paz del partido, don Victorio de la Canal.

Una cabecera de partido:

El naufragio sirvió para reunir a un grupo de pobladores de la zona, intercambiar opiniones e insistir en la necesidad de contar con una cabecera de partido. Fue así que se realizó una reunión en el establecimiento de Nicanor Duarte, donde se redactó un petitorio dirigido a las autoridades centrales, solicitando la creación de un pueblo. Numerosas razones fundamentaban el pedido. Se decía entre otras cosas, que no podía existir un partido creado artificialamente sin una ciudad que lo condujera en su crecimiento armónico. Se señalaba también a manera de ejemplo, que el naufragio del Filántropo y la actitud tenida en la circunstancia, era algo que demostraba por sí la justificación del pedido.

Pasaron algunos años y fue así que “en el partido de Necochea, a los doce días del mes de octubre de 1881, reunidas las personas que enseguida se nombrarán, sobre la margen derecha del río Quequén Grande en su confluencia con el mar, paraje designado para la creación del pueblo “Necochea”, que lleva ese nombre en homenaje al ilustre prócer de la Independencia General Don Mariano Necochea.

El Presidente de la Municipalidad, Juez de Paz y Presidente de la  “Comisión de Fomento”, Don Ángel Ignacio Murga, Don Victorio de la Canal y los municipales Don Pedro Etchebarne, Don Nicanor Duarte, el agrimensor nombrado para delineación del pueblo Don José Ma. Muñiz, el ayudante Don Benedicto Calcagno, los vecinos Don Julián Azua, Don Estanislao Picado, Don José Querencio, Abudemio Santillán y refrendado esta acta como secretario Don Segundo. S Murga. El señor Presidente de la Municipalidad y “Comisión de Fomento”, dijo: Que en nombre y por encargo especial de S.E. el Excmo. Señor Gobernador, Doctor Don Dardo Rocha, declara oficialmente fundado el pueblo de Necochea, invocando para este acto el nombre del G.A.D.U. (Gran Arquitecto del Universo), fuente de todo poder y de todo progreso, y concediéndole la petición de algunos vecinos, poníalo bajo la advocación de María S. del Carmen, y agregó: “… que quiere hacer constar en este acto, que la feliz terminación de los trabajos en pro de la fundación, se debe también al eficaz concurso prestado por el Doctor Dardo Rocha, Doctor Don Aristóbulo del Valle, Don Enrique B. Moreno, Don Adolfo González Chaves, Don Juan Coque, Don Federico de la Barra, Doctor Don Carlos D´Amico y Don Victorio de la Canal, los primeros han prestado su cooperación en las Cámaras y en la prensa, etc.

La plaza Dardo Rocha:

Este acto fue festejado con una comida campestre, y allí surgió la idea de ponerle a la plaza principal “Dardo Rocha” y a las calles las de los ilustres patricios San Martín, Belgrano, Mitre, Rivadavia y de las personas arriba nombradas, en testimonio de gratitud.

Y fue precisamente allí, donde aquel miércoles se procedió a izar la bandera nacional, en el palo mayor de El Filántropo, en el medio de una fiesta popular donde hubo asados y bailes hasta altas horas.