Había llegado a nuestro puerto con un capitán y 24 tripulantes a bordo, desde Pernambuco, Brasil, el 11 y esperaba entrar a nuestra estación marítima para cargar cereal.

Debía haber arribado un día antes, pero el mar embravecido fue demorando su llegada.

Finalmente, desde el puerto local se decidió que por razones de seguridad la nave debería alejarse mar adentro y echar anclas quedando a unas 15 millas de Puerto Quequén.

Las anclas le garrearon al principio, luego mordieron, pero las dos cadenas se cortaron perdiéndose ambas y el buque quedó a la deriva mientras comenzaban los pedidos de socorro.

El «Maroula» encalló finalmente las playas de Quequén, con proa a tierra. La tripulación estaba a salvo, pero otra tragedia había ocurrido como consecuencia de este naufragio en cercanías de Mar del Plata.

El pedido de auxilio lanzado desde el Maroula fue recepcionado desde el boque de la Armada Argentina, Belgrano, en Mar del Plata, que partió de inmediato para prestar ayuda.

Pero el temporal también fue impiadoso con esta nave y una gran ola barrió la cubierta, arrastrando al mar a dos tripulantes que nunca más fueron encontrados.

En cuanto al “Maroula”, el seguro lo dio por perdido como buque y lo vendió.

Con información del Área de Museos