El pasado domingo, en horas de la tarde, vecinos de Quequén avistaron en la orilla del mar, a la altura de “la hélice” los restos de una tortuga marina. Inmediatamente se dio aviso y la mañana del lunes, se presentó personal capacitado de la nueva Asociación de Amigos del Lago de los Cisnes, al servicio de la Universidad Nacional de Mar del Plata, para examinarla y recolectar muestras.

Como resultado de las observaciones, se determinó que era una hembra de tortuga cabezona _(Careta careta)_, de   94 cm de largo y un peso calculado de entre 30 y 40 kg. Con un corte que casi desprende el cuarto delantero derecho del animal.  Evidencia de un mortal encuentro con la hélice de un barco grande.

De los restos, se tomaron muestras que se trasladaron a la universidad de Mar del Plata y la UNICEN de Quequén. Posteriormente, se procedió a enterrarla en un lugar determinado por Karina Arias, de la Estación Hidrobiológica de Puerto Quequén, con el fin de ser desenterrada en cierto tiempo para recuperar el esqueleto y exhibirlo en dicho museo.