Un diente de unos seis centímetros de largo que perteneció a un tiburón prehistórico gigante fue hallado en Mar de Ajó por el director del Museo de esa localidad ubicada en la costa bonaerense. El Megalodón fue el protagonista de la película Tiburón, de Steven Spielberg.
La Agencia CTyS de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), informó sobre el reciente hallazgo y la importancia para la comunidad científica de la noticia. En principio el descubrimiento remonta a épocas donde la costa bonaerense tenía un aspecto mucho más cálido y tropical que en la actualidad y los mares eran poblados por mamíferos gigantes.
Este ejemplar, “Megalodón”, era un gran depredador en el territorio. Ya se habían encontrado restos de esta especie en los suelos de la Patagonia y en Entre Ríos, pero esta es la primera vez que se encuentra un diente de este ejemplar en la costa bonaerense.
El hallazgo lo realizó Diego Gambetta, director del Museo de Mar de Ajó, que encontró el diente arrojado en la playa. “Las investigaciones hechas por un equipo de paleontólogos del Museo Argentino de Ciencias Naturales y la Fundación Azara permitieron saber que se trataba de la especie Carcharocles megalodon, ni más ni menos que el famoso animal de la película Tiburón”, explicó Federico Agnolin, investigador adjunto del CONICET, a Agencia CTyS.
El nombre “Megalodon” significa “diente gigante”, sus dientes superaban los 17 centímetros de altura, con una corona gruesa y pesada y márgenes fuertemente dentellados, como los de un serrucho. En el caso del fósil hallado en Mar de Ajó el ejemplar al que pertenecía el diente superaría los 6 metros de largo y las 2 toneladas de peso, concluyó Julieta De Pasqua, quien encabeza la investigación.
“Lo que más se suele hallar de esta especie son los dientes, porque su cuerpo tenía un esqueleto de tipo cartilaginoso. Entonces, es más difícil que se fosilice. A lo sumo se han encontrado vértebras sueltas o restos de mandíbulas, donde el cartílago es más resistente”, detalló Agnolin, doctor en Ciencias Naturales.
La mandíbula del “Megalodon”, explicaron los investigadores, tenía un total de 276 dientes, dispuestos en cinco hileras. “Cada diente tiene varios atrás, que lo van a reemplazar. Y con cada dentellada que daban, para cazar a sus presas, era posible que perdieran dientes. Eso ayuda a que haya más posibilidades de hallar estas piezas dentales”, agregó el investigador.
Por las características del diente hallado, que tiene unos seis centímetros de longitud, los expertos creen que el ejemplar podría ser juvenil, no un adulto ya desarrollado.
Agnolin subrayó que “lo que tiene el mar es que, así como arranca los fósiles del lecho marino y los tira a la playa, luego se los vuelve a llevar y los tira de vuelta. Así sucesivamente, por lo que los restos suelen estar muy destruidos” y señaló que “este ejemplar estaba ‘limpio’, no había que removerle la roca, como con otros fósiles, y en muy buen estado”.
“La gente, cuando camina por la costa, junta piedritas o caracoles, sin siquiera imaginarse que muchos de esos elementos tienen millones de años de antigüedad. Está bueno concientizar a la gente sobre ese aspecto y que, si encuentra algo interesante, debe llevarlo al museo más cercano. Nos han llegado a traer, también de la costa, el húmero de una ballena franca, de unos 80 centímetros de altura. Son hallazgos sumamente interesantes”, concluyó el investigador.