El deceso del hombre que fue hallado en el río Quequén se produjo por “asfixia por ahogamiento”, según reveló el informe de la autopsia forense a cargo del médico Fabio Gabriele.

El cadáver de José Domingo Aguirre Zabala, de 78 años de edad, había sido detectado el último sábado por un kayaquista a unos dos mil metros del Puente Taraborelli sobre la margen Quequén.

El hombre presentaba un golpe en la frente. Para la policía esa lesión fue producto de una caída teniendo en cuenta que en lugar existe un barranco de unos dos metros de altura. Esa hipótesis tendría sustento por la falta de elementos de interés en el rastrillaje realizado en las inmediaciones como de indicios de la presencia de otras personas, esto último según el testimonio aportado por el deportista.

“Seguramente el fuerte golpe le provocó un desmayo cuando se encontraba en el agua y al no poder reaccionar se ahogó. Tampoco descartamos que se haya tratado de un suicidio”, dijo una fuente judicial con acceso al caso.

En su momento TSN Noticias informó que ninguna comisaría registraba en los días previos denuncia alguna por el paradero de Aguirre Zabala.

Los investigadores pudieron establecer que el septuagenario había sido interno del Hogar Raimondi, residencia que había abandonado y que de manera transitoria se alojaba en hoteles de la ciudad. En el último de estos lugares no tenían novedades de su paradero desde los últimos dos días.

De averiguaciones surgió que el hombre padecía problemas por su adicción al consumo de bebidas alcohólicas.

Por otra parte, se informó que el cuerpo sin vida de Aguirre Zabala permanece en la morgue del Hospital Ferreyra  porque el occiso  no cuenta con familiares ni allegados en nuestra ciudad.