La situación de la seguridad en Necochea y Quequén es desesperante.

Desde hace al menos dos décadas, que es una de las principales problemáticas de los vecinos y vecinas, a la que la acompañan, según la ocasión, la inflación o la falta de empleo.

Todas las semanas debemos informar a diario varios hechos de inseguridad. Los robos y asaltos a la comercios céntricos, en viviendas, arrebatos, rotura de vidrios en autos para llevarse lo que hay adentro, bicicletas, motos, algún vehículo.

Todas cuestiones preocupantes y que necesitan de un accionar eficaz para que se reduzcan este tipo de hechos. Las acciones van desde la prevención, cómo también mayor presencia policial, investigación, mayor iluminación, entre otro tipo de acciones que hagan dudar a quienes buscan realizar hechos delictivos.

Pero a esto últimamente hay que sumarle otras cuestiones que están ocurriendo, como robos, daños y vandalismo a entidades de bien público. Hechos que no se entienden y que no tiene ningún tipo de sentido.

Ayer fue el turno del club Rivadavia pero en el último tiempo sucedió lo mismo en el Club Mataderos, Liga Necochea de Fútbol, escuelas primarias y secundarias, comedor Mateo, entre otros.

Aunque parezca increíble sucedieron, uno piensa que les pasa por la cabeza a quienes cometen estos hechos, en donde es más el daño que hacen, que el botín que se pueden llevar, más teniendo en cuenta que en todos los casos son instituciones con un raigambre barrial importante, por ende las consecuencias las padecen un buen número vecinos y vecinas, de adultos y niños.

El llamado a que reflexionen ya es repetitivo, sorprende e indigna este tipo de actitudes.

Más allá de eso, quienes se desempeñan en esas instituciones no deben claudicar, ni dejarse llevar por la desesperanza y necesitan de todos para poder continuar con su tarea.

Cómo también necesitan y necesitamos que se haga lo imposible para que se prevengan o eviten esos hechos.

Para eso, algunos tienen más posibilidades y responsabilidad que otros, pero no nos olvidemos que la seguridad es cosa de todos.