La elefanta que formó parte de nuestra historia local cuando el Circo Rodas la prestaba para desfilar en las aperturas del Festival Infantil y se transformó de esta forma en el emblema del evento, llegó finalmente a Brasil donde pasará el resto de su vida en un santuario de elefantes, después de vivir 50 años en cautiverio.

El sábado abandonó el Ecoparque porteño, ya está en tierra brasileña. Está previsto que hoy arribe al santuario de Mato Grosso, que será su nuevo hogar.

Según informaron desde la Secretaria de Ambiente de la Ciudad, a través del Ecoparque, la elefanta Mara y el equipo que la acompaña realizó con éxito los trámites migratorios en la Aduana de Foz de Iguazú y, luego de aprovisionarse y realizar el contacto con el equipo técnico del Santuario de Elefantes, comenzó el último tramo de su viaje que la llevará a su destino final, la Chapada dos Guimarães, la ciudad donde se encuentra el Santuario de Elefantes en el Mato Grosso.

Mara comenzó su travesía el sábado a la tarde cuando ingresó voluntariamente a la caja de traslado, luego de una emotiva despedida del personal técnico y profesional del Ecoparque.

Cerca de las 17, pusieron comida en la caja que será el hogar de la elefanta durante estos días. Mara ya conocía la estrategia: entró y salió muchas veces de allí para recibir alimentos.

Según los reportes que llegan desde el camino, Mara viaja despierta y no puede abandonar la caja en ningún momento, es monitoreada en forma permanente por parte del equipo técnico que le ofrece compañía, le habla, le hace mimos y le brinda agua y alimentos. En Concordia, Entre Ríos, y en Santa Ana, Misiones, pasó la noche, y cada dos o tres horas, el camión se detiene para chequear su estado. Se alimenta con su dieta habitual: pera, sandía, zanahorias, alfalfa, afrecho y nutrición suplementaria.

Este martes por la mañana, al finalizar los trámites aduaneros, el equipo de veterinarios y cuidadores del Ecoparque se despidió de Mara y entregó toda la documentación y monitoreos al equipo del Santuario de Elefantes, sus nuevos acompañantes.

Durante todo el viaje se encuentra activo el protocolo de prevención de contagio, mediante el que se minimiza el riesgo frente a la pandemia.

Mara tiene alrededor de 54 años (la esperanza de vida en cautiverio para esta especie es de 75 años). Nació en la India y fue vendida al zoológico de Tiepark Hagenbeck de Hamburgo, Alemania. En mayo de 1970, la adquirió Ramón Tejedor, que la llevó a Montevideo en Uruguay para explotarla en el Circo África. Un año después, la trajeron a la Argentina, donde fue incorporada al Circo Sudamericano. Así, pasó de circo en circo, hasta llegar al Rodas el 9 de marzo de 1980. Ingresó al antiguo zoológico porteño el 16 de octubre de 1995 producto de un decomiso judicial por la quiebra de ese circo.