La Escuela Primaria N° 40 de Quequén celebró 100 años de su fundación en un clima de emoción, recuerdos y también reencuentros. El establecimiento educativo nació un 6 de junio de 1919 y en un principio funcionó en calles 565 y 576, cuando la vecina ciudad pertenecía al distrito de Lobería.
La ceremonia protocolar contó con la presencia del intendente municipal Facundo López, autoridades de distintos niveles de la educación, docentes, ex docentes, ex alumnos y toda la comunidad educativa.
El acto incluyó el descubrimiento de placas alusivas por parte de la Asociación Cooperadora, Consejo Escolar, Municipalidad de Necochea y personal auxiliar, con la participación de sus respectivos representantes. Lo propio sucedió con una ubicada en el ingreso al Salón de Usos Múltiples que lleva el nombre de la ex directora Ema Figueroa.
La entonación del Himno Nacional Argentino fue interpretado por la el Coro Alta Mira y la banda de música municipal, mientras que alumnos de dicha escuela lo hicieron a través de la lengua de señas.
Cuando tuvieron lugar las alocuciones la primera en dirigirse a la presentes fue la directora Silvina Panarese, quien se refirió a la importancia de haber alcanzado el centenario, agradeció el apoyo de su equipo docente y comunidad educativa; al tiempo que subrayó los objetivos que se pretenden logar.
Rubén Escanciano recordó sus vivencias en la escuela cuando cumplía la función de docente y puso énfasis en la formación de personas con pensamiento crítico
En la continuidad de los discursos el jefe comunal sostuvo que el centenario debe ser un momento de “alegría y reflexión”, resaltando que la escuela debe brindar “igualdad de oportunidades para un futuro mejor”
“Han sido 100 años de muchos sueños y progresos pedagógicos”, enfatizó Guillermina Levy, titular de la Jefatura Regional de Educación.
En el festejo también se reconoció a quienes se desempeñaron como docentes y colaboradores, a través de la entrega de diplomas y un presente. En ese marco también fueron distinguidos ex alumnos como Luis Pedro Maglione y MarÍa Teresa Lapola, generando ello el retorno de la emoción y cerrados aplausos de los presentes.