Llegó a Necochea en el año 2005, lo encontraron merodeando en la Terminal de Ómnibus, con un bolsito. No sabe hablar y no tenía documentos por eso lo llevaron al Hospital Neuropsiquiátrico. Allí comenzaron a llamarlo Jorge, porque cuando balbuceaba les parecía que decía ese nombre.
Las investigaciones desde el hospital dieron cuenta que no era desaparecido pero sin embargó seguía sin saberse nada de su origen.
La historia de “Jorge” circuló por las redes e incluso, las trabajadores sociales la llevaron al programa “Gente que busca Gente”, pero todo fue sin resultados.
Hace tres años, el hospital inició un expediente para solicitar un documento de identidad y, al enviar las huellas digitales al Ministerio de Seguridad, finalmente se lo pudo identificar.
“Jorge” en realidad se llama Gabriel, nació en Jujuy y estuvo internado en un hospital psiquiátrico de Alejandro Korn. Cuando sus padres murieron, decidió huir y, no se sabe cómo ni por qué, llegó hasta Necochea.
Gabriel tiene un síndrome psicoorgánico de nacimiento y por eso nunca pudo hablar, ni escribir. Estos datos surgieron de su historia clínica luego de poder conocerse su verdadera identidad.
Se comunica a través de gestos y una de sus actividades favoritas es dibujar. Al principio hacía hombres sin cabeza, pero luego se las empezó a poner y también a vestir las figuras con uniforme militar. Las enfermeras cuentan que también suele dibujar un faro o una guitarra.
No responde a su nuevo nombre y tampoco los que conviven a diario con él se acostumbran a llamarlo Gabriel. Él sigue siendo para todos “Jorge”, el mismo que llegó sin nombre, sin casa y sin recuerdos y que con la ayuda de las profesionales ha comenzado a construir una nueva historia, acá, en Necochea.