En el último mes se dio una situación qué no sorprende pero sí qué es necesario qué la destaquemos.
No importa la ruta, no importa el vehículo, ni la velocidad, se vienen repitiendo accidentes y choques fuertes en todos los caminos de acceso a nuestra ciudad.
En muchos casos vecinos de este distrito o de otros han perdido la vida o han resultado heridos.
En todos los casos tanto en la Ruta 228, cómo la 88 o la 86 hubo vehículos que volcaron, que terminaron en la blanquita o embistieron a otro.
También es necesario recordar que esos caminos han sido mejorados y se encuentran en buen estado.
Por ende el principal factor de este tipo de hechos es la imprudencia con la que se maneja, a la que se suma la velocidad en la que viajan los diferentes rodados.
Y acá es donde se hace necesario una reflexión, de quienes nos sentamos al volante para salir a la ruta.
Nada es tan urgente como la propia vida.
Más allá de la velocidad hay cuestiones vinculadas al manejo y a los pocos recaudos que se tiene , por ejemplo para pasar un vehículo, para ingresar en un camino y otra ruta en un cruce.
El uso de celular también es un tema a tener en cuenta, imaginemos que si se usa en la ciudad, también pasa lo mismo en los viajes. Aunque ahí el riesgo se incrementa.
Ante este presente, hoy más que nunca la prevención se hace necesaria, como también las campañas de concientización.
La imprudencia mata, así de claro
Nunca hay que dejar de repetir para quien sale a la ruta que el objetivo siempre es llegar, no hacerlo más rápido.
Por eso “no por mucho madrugar, se amanece más temprano”.