La Liga Navale Italiana (LNI) determinó que el naufragio encontrado en cercanías del puerto de Quequén se corresponde con un submarino alemán, nave que, luego de ser hundida, fue destruida con explosivos.
Esto se deduce del dictamen firmado por el doctor Fabio Giuseppe Bisciotti, director del Centro de Estudios Subacuáticos de la LNI, entidad que está bajó el ámbito y jurisdicción del ministerio de Defensa de Italia. Bisciotti es uno de los máximos expertos internacionales de submarinos de la Segunda Guerra Mundial.
Bisciotti fue designado por el grupo Eslabón Perdido, que descubrió el naufragio, como perito internacional del caso en el marco de un acuerdo alcanzado por la citada organización de voluntarios con la LNI.
La elección del doctor Bisciotti se debe a su profuso curriculum ya que trabajó para el Pentágono como investigador de pecios militares hundidos en el Mar Mediterráneo y como perito, con la Royal Navy.
Durante la pericia de las imágenes, obtenidas por el grupo Eslabón Perdido y por la Prefectura Naval Argentina, Bisciotti identificó el periscopio del navío, conformado por un tubo que en su parte superior tiene una óptica para facilitar la observación a distancia.
También detectó una parte característica del sumergible al señalar que “se observa un cuerpo ferroso claramente de una torreta submarina debido a algunas características como la forma distintiva atribuible a un deflector de la torreta de los U-Boot”.
Al sostener que el navío fue dañado ex profeso, Bisciotti, aseguró que en las imágenes obtenidas mediante un sonar de barrido lateral “se ve claramente la continuidad de la línea del casco aunque dañada en algunos puntos, claros huecos transversales y tubulares, creo que es un casco deliberadamente explotado” opinó.