El ofrecimiento que los gremialistas pusieron a consideración de los docentes consta de dos partes. Por un lado, contempla una cláusula gatillo de ajuste por inflación trimestral y después una recomposición del 15,6% por la pérdida adquisitiva registrada el año pasado. Ese monto se pagaría en dos cuotas: 5% en abril y 10,6% en agosto.
Durante la mañana de hoy, Miguel Díaz, secretario general de Udocba, se adelantó al resto de los gremios y manifestó que rechazarían la oferta y que incluso retomarían las medidas de fuerza en caso de que no hubiera una oferta superadora antes del miércoles.
En el seno del FUDB la declaración de Díaz cayó mal ya que lo hizo antes de que terminaran los plenarios de Suteba y Feb, los dos sindicatos mayoritarios de la provincia. “Lo que hizo Miguel fue detestable. Habíamos quedado en esperar el transcurso del día y definir por la tarde. Lo hizo para condicionar”, dijeron fuentes sindicales.
El miércoles pasado fue la primera vez, en un año y cuatro meses de conflicto, que los secretarios generales no desestimaron la oferta en la misma reunión y decidían elevarla a consideración de las bases. En sus congresos, tanto Feb como Suteba definieron, con opiniones divididas, aceptar la propuesta más allá de la maniobra de presión de Díaz. A ellos se les suma también Amet y Sadop, que también integran el FUDB.
Los dos sindicatos que están por fuera del frente gremial aceptaron en la misma reunión la oferta. Tanto UDA como UPCN, ambos parte de la CGT, emitieron un comunicado conjunto fundamentando su decisión. “La oferta impacta inmediatamente en los salarios de los trabajadores de la educación frente a la crisis económica que atravesamos, beneficiando a docentes activos y pasivos”, plantearon.
De ese modo, se normalizará el ciclo lectivo en la provincia de Buenos Aires, donde cursan 4 millones y medio de chicos. Entre 2018 y 2019, a raíz de los paros docentes, se perdieron 32 días de clases.