Además de brindar asistencia alimentaria de personas en situación de calle o jóvenes en estado de vulnerabilidad por adicciones, la parroquia de Lourdes, a cargo del párroco Alejandro Fernández, presentó ahora un proyecto para poder acoger durante la noche a estos vecinos, que lamentablemente son cada vez más.
Se reunieron por ello con las secretarias de Gobierno y de Desarrollo Humano y Políticas Sociales, Gabriela Góngora y Sandra Antenucci respectivamente.
Alejandro Martínez explicó que, “hace un tiempito antes de la pandemia (de Covid-19), fuimos viendo una situación, que es clara acá en la zona, de personas con situación de riesgo, en situación de calle, por adicciones o falta de alimentos”.
Observado ese contexto, “fuimos dándole forma con la comunidad parroquial a un proyecto en el que el municipio nos brindó el apoyo y estamos trabajando juntos. Es una problemática que, lamentablemente, se va desbordando, pero agradecemos que se van sumando voluntarios de la propia comunidad y de otras”.
Las tareas comunitarias del grupo comenzaron con la atención personalizada de “gente que venía a buscar una vianda, un plato de comida, y después abrimos ya el comedor”, indicó el Sacerdote, señalando que “se van sumando jóvenes y adultos mayores con distintas problemáticas que hicieron de ese lugar un espacio de contención.
Por lo tanto, “ahora vinimos a presentar una mirada más amplia, un proyecto más directo para estos jóvenes con situación de riesgo y adicciones, para que tengan un lugar de contención que no sea solamente el espacio de las comidas, unas horas, sino poder acompañarlos el resto del día, especialmente en la noche”.
Además del comedor y la posta ubicada en la esquina de calles 22 y 51, la comunidad articula acciones como la Pastoral Social, que está integrada por Cáritas, o la Pastoral de la Escucha, “donde se detectan distintas situaciones para buscar una solución”, terminó explicando el padre Alejandro, para dejarle la palabra a Gabriela Santilli, psicóloga social y acompañante terapéutica, miembro activa de la feligresía.
“Esta propuesta es porque el comedor nos queda chico y tenemos la necesidad de brindar otro tipo de contención y acompañamiento, a los vecinos que atraviesan situaciones vulnerables, para intentar poder reinsertarlos y darles una oportunidad”, subrayó.
En concreto, sobre el proyecto, la profesional aseguró que “las personas ingresarían a las 19 y se quedarían hasta las 9 del otro día”, cuando es intención de la comunidad poder acompañarlas con un grupo interdisciplinarios de profesionales “para tratar de mostrarles que hay un camino distinto, desde el acompañamiento y la escucha”, señaló, planteando un escenario para el cual se estaría pidiendo la intervención del municipio.