A cargo del artista Ariel Esposito, entró en su etapa final la obra de restauración del Neptuno que fue retirado en noviembre pasado de su lugar de origen, en avenida 2 y Pinolandia para su reparación en el marco también de las obras que se realizaron en ese espacio público.
El monumento, ya cuenta con el tridente correspondiente que había sido arrancando con brazo y todo, además de reconstrucción total de toda la escultura que ya estaría lista para volver a ser colocada frente al mar.
Las paginas de la historia local cuentan que hace ya varias décadas, la estatua de este dios de la mitología romana había sido emplaza frente al río, en la rotonda del puente Colgante. Después, con más atino, se trasladó a la costa y se volvió su morada definitiva como custodio del océano y dando su nombre a ese sector de la playa local.
Neptuno es un dios de la mitología romana, pero proveniente de la mitología griega, hijo de los dioses Saturno y Ops, hermano de Júpiter y Plutón. Gobierna todas las aguas y mares y cabalga las olas sobre caballos blancos. Todos los habitantes de las aguas deben obedecerlo y se le conoce como Poseidón en la mitología griega.
Neptuno eligió el mar como morada y en sus profundidades existe un reino de castillos dorados. Con su poderoso tridente agita las olas, hace brotar fuentes y manantiales donde quiera y encausa su ira provocando los temibles sismos o terremotos.
El dios de los mares es un muy peligroso e inestable elemento, con sus emociones puede provocar desde terribles tormentas y tempestades hasta olas tranquilas y pacíficas, por lo que nunca nadie intenta provocarlo sin un importante motivo.