la incógnita en los bonaerenses es si efectivamente sucederá. Con problemas estructurales no resueltos, es una temática que involucra a toda la sociedad.
A punto de comenzar un nuevo conflicto entre los gremios y el gobierno, la incógnita se abre en torno al comienzo de las clases con el condimento de que se trata de un año electoral. Desde la Provincia señalaron que trabajan para comenzar sin inconvenientes el ciclo lectivo y Suteba adelantó que además quiere sentarse a dialogar cuanto antes.
El Poder Ejecutivo ya oficializó el calendario escolar 2019 para todo el territorio bonaerense en donde, a través de una resolución, estableció que comiencen el 6 de marzo y terminen el 13 de diciembre en jardines y escuelas primarias. Mientras que para secundarios y escuelas técnicas el cronograma irá desde el 6 de marzo al 6 de diciembre. El receso invernal será entre el 22 de julio y el 2 de agosto.
De este modo, la intención de la administración provincial, al menos en los papeles, es que se cumplan 181 días de clases. Aquí comienza un dilema: si bien es exhibido como un objetivo a cumplir, es sabido – hasta para el más desprevenido- que es sumamente complejo que se cumpla. El antecedente más cercano es el 2018 que contó con 29 paros docentes y un sinnúmero de jornadas perdidas debido al estado calamitoso en el que se encuentran cientos de edificios.
Con el condimento agregado de un año electoral, el escenario para las paritarias entre los gremios y el gobierno se prepara para dar a luz a un nuevo conflicto. La decisión de la gobernadora, María Eugenia Vidal, de ir por otro mandato y la ligazón del titular de Suteba, Roberto Baradel, con el kirchnerismo, serán elementos de peso que predispongan el ambiente a intrincadas negociaciones. Por lo pronto las advertencias están realizadas: el Ejecutivo ordenó comenzar las clases el 6 de marzo y los sindicatos exigen dialogar ahora para “no perder tiempo”.
Fuentes del gobierno bonaerense dieron a conocer a este medio las perspectivas en el comienzo de año y manifestaron que “desde la provincia se está trabajando para que las clases comiencen el 6 marzo. Es muy importante que los alumnos puedan cumplir los 181 días que marca el calendario escolar 2019”.
En declaraciones a INFOCIELO, Silvia Almazán, secretaria general adjunta de SUTEBA, afirmó que “expresamos dos cuestiones fundamentales para la docencia: queremos las paritarias y también empezar las clases el 6 de marzo”.
Sin embargo, indicó que “pasó enero y ahora estamos en febrero, sin los alumnos, entonces es el momento óptimo para la negociación. La responsabilidad de la convocatoria es de la gobernadora Vidal”.
En esa línea, lanzó: “El escenario de conflicto está demarcado por esta falta de respuestas. No es sólo la problemática salarial, sino educativa en general. La deficiencia grave en lo edilicio es una preocupación constante con el punto de inflexión de las muertes de Sandra y Rubén”.
Las luces de la batalla entre los protagonistas muchas veces encandilan y no dejan ver lo que sucede más allá de lo meramente salarial. Si bien los sueldos de los trabajadores (tanto docentes como auxiliares) pierden la carrera con la inflación, también hay serios inconvenientes en la infraestructura, las condiciones laborales no son las adecuadas y los comedores no cubren la demanda real en medio de la crisis, entre otros aspectos.
En este marco, el pedido de cumplir 181 días de clases pierde fuerza e incluso no habilita a pensar en la educación que reciben los más chicos como un proceso pedagógico dinámico más allá de las horas cursadas. Esos 181 días de clases en medio de escuelas destrozadas, docentes con salarios magros y niños mal alimentados, entre otros factores, ¿Realmente garantizan un aprendizaje saludable?
Hasta el momento, al margen del discurso de los protagonistas, parece un tanto lejano que el ciclo lectivo comience normalmente el 6 de marzo y por lo pronto queda más de un mes para que acerquen posiciones las partes. El gobierno bonaerense confirmó que abrirá la paritaria durante este mes pero los docentes piden celeridad en los tiempos. Mientras tanto la obligación para el Estado es la misma: que las escuelas dejen de ser expulsivas para estudiantes y trabajadores.