El Gobierno promulgó en el Boletín Oficial la Ley de Prevención y Control de la Resistencia a los Antimicrobianos, también conocida como Ley de Antibióticos, a través de la cual se busca promover la prevención y el control de la resistencia a ese tipo de medicamentos que, a partir de ahora, tal como ocurre con los psicofármacos, deberán venderse únicamente con receta archivada.

Según le explicó a TsnNecochea el farmacéutico Martín Zumárraga, los antibióticos siempre fueron medicamentos de venta bajo receta y bajo receta archivada, sin embrago esta normativa se dejó de cumplir hace muchísimos años.

“Ya hace tiempo que nosotros desde el mostrador estamos haciendo docencia con la población en cuanto a la automedicación” explicó Zumárraga, al tiempo que detalló que “se había instalado en la sociedad el uso indiscriminado de antibióticos”.

Según la legislación oficial, corresponde la categoría de “venta bajo receta archivada” a “todas aquellas especialidades medicinales y medicamentos industriales constituidos por principios activos que por su acción sólo deben ser utilizados bajo rigurosa prescripción y vigilancia médica, por la peligrosidad y efectos nocivos que un uso incontrolado pueda generar”.

La ministra de Salud, Carla Vizzotti, remarcó que la resistencia a los antimicrobianos “es una de las diez principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad”.

Los cambio que la ley implica para la compra de estos medicamentos en las farmacias, es que en la ley del ejercicio profesional farmacéutico (Ley 17.565), se indican distintos tipos de dispensa de medicamentos: los de venta libre y los que requieren receta, es decir aquellos para los cuales se precisa una prescripción médica y que, luego de que el farmacéutico sella con su intervención, puede ser devuelta a la persona (siempre y cuando no sea de venta a través de obra social o prepaga que requiera de esa receta para el reintegro).

La Resistencia Antimicrobiana se produce cuando los microorganismos patógenos (virus, hongos, parásitos, pero principalmente bacterias) que causan enfermedades se vuelven resistentes a los medicamentos que se utilizan para combatirlos. Se trata de una problemática global y se estima que para el año 2050 puede constituirse en la primera causa de muerte a nivel mundial.