La segunda dosis de la Sputnik V contra el coronavirus puede darse tres meses después de la primera -en lugar de los 21 días que es el intervalo mínimo aprobado- sin que influya en “la intensidad de la respuesta inmune inducida”
Según el comunicado, en el Gamaleya llegaron a esta conclusión en base a la experiencia del uso de “vacunas basadas en una plataforma idéntica de adenovirus, así como -lo más importante- en las exitosas campañas de vacunación masiva de la población en Rusia y en un gran número de países”.
Entre los argumentos, Gintsburg también destacó que “como desarrolladores de vacunas, también apoyamos lo expresado anteriormente y de forma independiente por reconocidos reguladores del ámbito sanitario”, y mencionó el caso de Argentina, que desde marzo anunció la estrategia de diferir la segunda dosis para alcanzar a más personas con alguna cobertura.
“También consideramos que, dada la extremadamente alta demanda de la vacuna entre la población, esta decisión acelerará significativamente la inmunización de la población”, sostuvo, y concluyó que, en este contexto, “cada regulador nacional puede decidir de forma independiente si mantener el intervalo entre inyecciones en 21 días o extenderlo hasta tres meses”.
La Sputnik V es, como dice el comunicado, una vacuna que utiliza la plataforma de “vector viral no replicante”, que consiste en el uso de un virus modificado genéticamente para que no se replique en el interior del organismo y que, a su vez, transporte el material genético del virus contra el que se quiere inocular.
Para la Sputnik V, el Gamaleya utilizó dos adenovirus humanos (virus que causan cuadros gripales), uno para cada uno de las dosis, en los que “insertó” una parte de la proteína espícula (spike) del coronavirus.
“Este componente insertado es seguro para el cuerpo humano, pero ayuda al sistema inmunológico a reaccionar y producir los anticuerpos que nos protegen de las infecciones”, explicaron sus desarrolladores.
Los científicos del Gamaleya trabajan en vacunas basadas en vectores adenovirales desde la década de 1980 y han desarrollado una vacuna contra el ébola y otra contra el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), que se encuentra en etapas avanzadas de ensayos clínicos.
El consenso para la recomendación se produjo en el marco de la reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa), en la cual las máximas autoridades sanitarias del país adoptaron las recomendaciones de los miembros de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) y del Comité de Expertos.
La finalidad de esta estrategia persigue vacunar a más personas con la primera dosis y de esta manera favorecer el acceso al proporcionar una protección adecuada al mayor número de personas lo más pronto posible distribuyendo un insumo crítico entre quienes presentan más riesgo de complicaciones y muerte por el Covid-19.
“La decisión se basa no sólo en la evidencia científica, sino en favorecer la equidad en el acceso y, por supuesto, revisando permanentemente toda la información nueva y prosiguiendo con las gestiones para contar con más dosis lo antes posible y así cumplir con el esquema completo lo más rápido posible”, señaló en ese momento la Ministra de Salud, Carla Vizzotti.
La Sputnik V ha demostrado en estudios reducir la probabilidad de enfermedad sintomática en un 91% y cercana al 100% en formas graves, hospitalización y mortalidad. (Télam)