Finalmente el estudio de ADN determinó que los restos óseos hallado en Costa Bonita no pertenecían a la veterinaria Adriana Celihueta, desaparecida en 1987. Las muestras se cotejaron con las de su hermana Silvia y su mamá Iris. Los huesos pertenecen a un hombre que habría fallecido por una intervención quirúrgica.

Así lo confirmó a TSN el fiscal Guillermo Sabatini.