El mundo hoy respira. Es feriado en Estados Unidos por el Memorial Day. En la Argentina, además no habrá mercados por el 25 de Mayo. La pausa alivia a todos porque deben enfrentar las cuatro ruedas restantes de la semana con demasiada incertidumbre.
Lo que suceda en Wall Street es clave para la negociación de la deuda argentina. Este reposo el ministro de Economía, Martín Guzmán, lo utilizará para mejorar la propuesta argentina a los acreedores. El precio de los bonos y la baja del riesgo país, hacen creer que un arreglo es posible, pero que no sucederá en pocos días, sino que al menos habrá que esperar hasta el próximo mes.
La aceleración de las negociaciones puede llegar en pleno pico de la pandemia. Cada día, el país bate el récord de infectados y se están aislando lugares vulnerables por la elevada cantidad de contagios.
Los nervios del presidente Alberto Fernández en la conferencia del viernes no fueron provocados por su carácter irritable, sino porque sabe que este crecimiento de la pandemia le va a complicar más la economía. Cuando alcance el pico, el virus dejará de ser un factor favorable en cualquier encuesta y traerá preocupación porque se necesitará más dinero para sostener a la economía.
De todas maneras, los inversores miran sus números. Se sienten cómodos con los bonos de la deuda que están en precios lo suficientemente alto como para no ser atractivos para los fondos buitre y esperan que en el futuro la economía argentina se recupere porque partirá de pisos muy bajos. Toda la suerte del país está jugada al alivio que le den. No pagar la deuda en dos o tres años, es algo vital.
Para el mundo, en tanto, será clave, el Libro Beige de la Reserva Federal donde se detallan las condiciones económicas de los doce distritos donde está asentada la entidad. Se publica 8 veces al año dos semanas antes de la reunión del Comité que define las tasas de interés. Lo que dice el libro es fundamental para el futuro de las tasas norteamericanas porque el Comité de Mercado Abierto se inspira en la mayoría de sus argumentos para votar el nivel de tasas.
El otro dato clave de la semana será el índice de Confianza del Consumidor de Estados Unidos que espera una caída trimestral de su economía de 40%. Este indicador se publicará el martes junto al de las ventas de nuevas viviendas, cuyo pronóstico es poco alentador.
Con la ausencia de Estados Unidos, las Bolsas de Asia operan con menos volumen del habitual ya que no tenían la referencia más clara. En la madrugada del lunes había cautela en casi todos los inversores, salvo en el Nikkei de Tokio que a la mitad de la rueda subía 1,39%. El Hang Seng de Hong Kong, en cambio, perdía 1,13%. En el continente, China tenía altibajos. Dos de los tres índices registraban subas muy tenues y el Shenzhen de Shanghai bajaba 0,62 por ciento.
El euro venía en baja ante el dólar igual que las principales monedas del mundo, una señal de que la Argentina podría padecer más el atraso cambiario, porque las reservas reflejarán la caída de valor por la baja de las divisas que la integran. El oro tampoco favorecía a las reservas porque perdía 0,40%. También se derrumbaba el Bitcoin, la moneda a la que se apostó durante la crisis y que llegó a cotizar a USD 9.700. Ahora está en 8.803. Por supuesto, estos movimientos favorecían al Bono del Tesoro de Estados Unidos que aumentaba de precio y bajaba su renta a apenas 0,66%. Los bonos de la deuda de mercados emergentes, incluido los de la Argentina, pueden padecer este movimiento.
Este escenario hace ver que el martes, cuando abran los mercados, habrá cautela. No se ve espíritu de riesgo. En la Argentina no se esperan novedades de la deuda, porque los inversores y acreedores están preocupados en la pandemia y su impacto en la economía.