La estatuilla de la virgen de Lujan que protegió a los 23 mil soldados argentinos durante la Guerra de Malvinas vuelve a la Argentina después de pasar 37 años en Gran Bretaña.
El Papa bendijo la imagen de 38 centímetros de alto, que el domingo 3 de noviembre llegará a Buenos Aires. La llevará el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, quien en la ceremonia de este miércoles entregó como reconocimiento y reconciliación una imagen similar al obispo castrense británico, monseñor Paul James Mason que había traído desde su país la imagen religiosa.
La estatuilla que recibió el religioso inglés tiene una placa que dice: “Imagen bendecida por el Papa Francisco. Donación del obispo castrense de Argentina al obispo castrense de Gran Bretaña. 30 de octubre de 2019”.
El intercambio tuvo lugar en el sagrario de la basílica de San Pedro al concluir la audiencia general de los miércoles, ante la multitud que llenaba la plaza de San Pedro.
La imagen de la virgen de Lujan que vuelve a nuestro país fue expuesta durante toda la audiencia cerca del altar. “María nos invita a unirnos como pueblo y como hermanos”, dijo monseñor Olivera.
El ambiente era de gran emoción. Grupos con banderas argentinas saludaron ruidosamente la bendición del Papa y el intercambio de imagenes entre los obispos castrenses argentino y británico.
La delegación oficial argentina estuvo integrada con Daniel Doronzoro y María Marcela Hernández, de la asociación católica “La Fe del Centurión”, dedicada al culto de la memoria de los caídos en la Guerra de las Malvinas. Ambos presentaron al Papa, que la bendijo, una placa que será llevada al cementerio de Darwin, en las islas, y que díce: “Aquí yace un soldado argentino conocido solo por Dios”.
El Papa se mostró muy emocionado, se arrodilló y rezó largamente frente a la placa, trasmitiendo su conmoción con lágrimas por los caídos en Malvinas al resto de los argentinos presentes.
Doronzoro dijo ayer que la asociación proyecta realizar un encuentro ecuménico en el año 2021 en las Malvinas, sobre todo entre anglicanos y católicos y pedirían al Papa que apoye la iniciativa.
En la delegación argentina se encuentran también dos veteranos que combatieron en Malvinas: los soldados Eduardo Palacios y Roberto Díaz. Además, los sacerdotes Vicente Martínez Torrens y Miguel Hrymacz y María Fernanda Araujo, presidente de la Comisión de Caídos en las Malvinas.
En la delegación británica participaron tres capellanes mayores, el padre Height, que transportó la imagen de la virgen a Gran Bretaña, y un grupo de diez laicos.
El domingo, la estatuilla que llevará monseñor Olivera será recibida con honores militares y el entusiasmo de muchos veteranos que asistirán al arribo en el aeropuerto de Ezeiza. La imagen será luego trasladada en procesión y cara a su casa definitiva, en la basílica de Luján, donde a las 13 tendrá lugar una misa.
Al día siguiente será llevada a la sede de la Conferencia Episcopal Argentina y al obispado castrense. El 5 de noviembre la recibirá el obispo de Quilmes, y después regresará a Luján. Está prevista una gira de la imagen de la virgen por toda la Argentina, que segun Daniel Doronzoro “durará alrededor de un año y medio”.
La estatuilla fue creada por el artesano de Pergamino Francisco Visciglio, que horneó y pintó miles de imagenes, dándoles una fuerte característica.
Tras la ocupación de las islas el 2 de abril de 1982, apenas siete días después, el capellán de la Fuerza Aérea Roque Manuel Puyelli, capellán de la Aeronáutica, la trasladó a las Malvinas en guerra a bordo de un avión C130, para que protegiera a los soldados.
El capellán de las islas Vicent Martínez Torrens, que estaba presente en la ceremonia del Vaticano, sacerdote salesiano, se encargó de relacionar la imagen con la devoción de los soldados. El 8 de mayo de 1982, día de la virgen de lugar, se realizó una misa y procesión organizada por el padre Torrens.
Cuando la guerra concluyó el padre británico Alfred Hayes trasladó en un Hécules C130 la imagen a Gran Bretaña tras pedir autorización al obispo castrense de la época. Desde entonces la imagen estuvo colocada en la catedral castrense de San Miguel y San Jorge de Aldershot, un edificio cuya piedra fundamental fue colocada por la reina Victoria. Ubicada en el condado de Hampshire, se encuentra a 60 kilómetros del suroeste de Londres.
Daniel Doronzoro contó que fue gracias a que descubrió en una fotografía la imagen en su residencia británica, que su asociación tomó la iniciativa de lograr la restitución de la imagen de la virgen de Lujan de su exilio.
El obispo Olivera, tras el intercambio de las imagenes, caminó por la plaza de San Pedro llevando la estatuilla de la Virgen que vuelve a casa y miles de fieles y turistas se acercaron para tocarla y rendirle homenaje.