El ministro de Economía, Sergio Massa, sostuvo este domingo que con el Fondo Monetario Internacional (FMI) “se acordaron desembolsos para agosto y noviembre” y aunque declinó brindar cifras, dijo que “se trata de un número que cubre largamente las expectativas que había para este año“, al tiempo que advirtió a los empresarios sobre el traslado a precios de la aplicación de impuestos a la compra de divisas para las importaciones.
En declaraciones al canal de cable C5N, Massa dijo que “se acordó un documento base que expresa como es la revisión del programa y cuales son los pasos a seguir para los próximos cinco meses”.
El jefe del Palacio de Hacienda señaló que este acuerdo permite “sacar la discusión con el FMI de la campaña y hasta fin de noviembre no tenemos que discutir ningún tema. La idea es que ese vecino incómodo que es el FMI que no sea un factor adicional en la campaña. Lo mejor que podemos decir es pagarles y sacarlos de la escena argentina”.
Massa puso en relieve que “con este acuerdo con el FMI recuperamos la facultad de intervención en el mercado cambiario”, al tiempo que reveló que “les costó mucho reconocer la sequía y este tema está planteado dentro de la agenda climática global dentro de los shocks externos no económicos. Es bueno que los organismos pongan en su agenda la cuestión climática y del ambiente y su impacto sobre la economía”.
Al mismo tiempo, el ministro aclaró que “el acceso a las divisas para el pago de la deuda privada queda al valor del dólar en el Mercado Único Libre de Cambios (MULC). El responsable de la cartera económica puntualizó que “el hecho de tener este documento base que define los objetivos como el orden fiscal consolidar las reservas en un año en que la sequía destruyó el 25% de las exportaciones argentinas”.
Más adelante, Massa exhortó a “aprender a cuidar lo nuestro como cuando tuvimos vacas gordas con volúmenes de exportaciones fuertes y no cuidamos y gastamos en un exceso de importaciones. Hagamos la autocrítica nosotros y tenemos que aprender a revisar nuestros errores y a pedir perdón”.
El ministro enfatizó que “el FMI tiene un programa de metas y hay que entender esto, es un acreedor privilegiado y cada 90 días me va controlando mi capacidad de pago, pero hay que tratar de salir de la lógica de controlar cuanto es la inversión social. Hay mucho mito en la relación con el FMI, no permito que se tomen decisiones sobre las políticas que afectan la vida cotidiana de los argentinos, no permito que el FMI opine. Eso tiene que ver con la puja distributiva”.