Se produjo en 2014, horas después de ser hallado colgado en una celda
Con el testimonio principal del comisario Germán Herold, se reanudó este lunes el juicio oral y público que se les sigue a cuatro policías, en relación con la muerte de Michel “Noa” Suárez, producida en la madrugada del sábado 6 de diciembre de 2014, horas después que fuera encontrado ahorcado en una pequeña celda de la Comisaría Segunda de Quequén.
El comisario Herold relató los hechos, describiendo lo sucedido desde que se recibiera una denuncia por un robo y destrozos producidos en un local del Partido Fe ubicado en 550 entre 519 y 521, pasando por la detención de Suárez en el Barrio Atepam en relación en ese hecho, culminando con el hallazgo del joven colgado de una soga en la celda cuando iban a preguntarle cuál era su dirección.
Suárez utilizaba muletas para moverse, lo que facilitó su detención. Otros presuntos autores del robo se dieron a la fuga.
Los cuatro efectivos policiales sentados en el banquillo de los acusados de “homicidio culposo” son Fernando Pérez Zenatti, Yanila Paola Mohama, Héctor Daniel Allamanla y Matías Germán Larrea.
Los primeros tres cuentan como defensor al abogado Juan Pablo Roseelló, en tanto que Larrea es asistido legalmente por Gonzalo Raggio.
La acusación es efectuada por el fiscal Walter Pierrestegui, dándole continuidad a lo actuado por su antecesora en el cargo, hoy jubilada, Mirta Ciancio.
El juicio es llevado adelante por la Dra.Mariana Jiménez, quien lo hace subrogando al Dr. Ernesto Juliano, titular del Juzgado Correccional Nº 1, quien se excusó por una manifiesta enemistad con el abogado Sebastián Barletta, que actúa como representante de la familia del joven fallecido, como particular damnificado.
El juicio se desarrolla bajo un estricto protocolo sanitario para prevención de la propagación del coronavirus. Además de reducirse el número de personas presentes en la sala y la colocación de dispositivos que garanticen el distanciamiento social, se adoptan otras medidas de prevención.
Para ello se cuenta con el aporte de personal de policía ecológica, que revisa a cada persona que ingresa a la sala, además de esparcir un producto sanitizante sobre sus ropas.
Mientras tanto, sobre la calle 87, frente a la sede del tribunal, familiares, amigos y allegados, así como miembros de organizaciones sociales permanecían dotados de carteles y bombos, manifestándose en su reclamo de que se haga justicia respecto de este caso.