La policía de investigaciones trabaja sobre una pista firme que le permita atrapar al autor de una estafa cometida este viernes, mediante la que logró despojar a una jubilada de sus ahorros en dólares.

El nuevo episodio de la modalidad conocida como “cuento del tío” se suma a otros tantos que tienen como blanco a adultos mayores y en esta oportunidad tuvo como víctima a un familiar de un funcionario judicial.

La mujer se encontraba en el departamento que habita en un edificio de calle 4 al 4000 de la villa balnearia cuando atendió una llamada en el teléfono de línea fija, en el que un hombre haciéndose pasar por un familiar le mencionó que debía depositar los dólares con que contaba en una sucursal bancaria.

La jubilada confió plenamente en el falso interlocutor quien le señaló que otra persona concurriría hasta el domicilio para buscar el dinero. Minutos después se concretó la entrega de alrededor de 12 mil dólares en el acceso interno del edificio y después de haber transcurrido cierto tiempo la mujer advirtió que había sido víctima de un engaño en el que se esfumaron sus ahorros de varios años.

Lo sucedido generó una situación de mucha angustia e impotencia como en otros tantos casos en los que los delincuentes se aprovechan de cierta vulnerabilidad para atacar a los adultos mayores.

Este tipo de estafas se han acrecentado en los últimos tiempos. Día pasados bajo la misma maniobra un matrimonio de jubilados de nuestra ciudad estuvo al borde caer en la trampa pergeñada por un sujeto que pretendía depositar cierta suma de dinero en un banco local.

El hecho ocurrido en las últimas horas se encuentra en plena etapa de investigación bajo un fuerte hermetismo policial y judicial, aunque trascendió que se habrían registrado algunos avances de importancia.

Es evidente que el aislamiento obligatorio provocado por la pandemia de Coronavirus no representa ningún impedimento en los delincuentes para llevar adelante estafas que sufren personas adultos mayores, las víctimas son siempre personas de avanzada edad, principalmente aquellas que viven sin compañía.

Más allá de que con bastante frecuencia organismos oficiales informan que no realizan trámites que requieran atención telefónica, un importante número de jubilados no tiene en cuenta esa recomendación, proporcionando datos personales, cuentas bancarias y demás información que son la clave en el objetivo delictivo a cometer.