El robo de celulares en el vía pública parece haberse incrementado en el último tiempo. El pasado domingo, en horas de la tardecita, un joven denunció que en momentos que caminaba por las calles del centro de la ciudad, dos sujetos se le acercaron, lo empujaron y le sustrajeron su teléfono móvil.
Se inició una investigación que permitió recuperar el aparato luego de un allanamiento y dar con el paradero de uno de los autores del ilícito. Según se informó, era menor de edad.
Días atrás, la semana pasada, otro joven fue víctima de un robo similar pero, en lugar de hacer la denuncia, le contó a su padre lo sucedido.
El hombre decidió investigar el hecho y logró dar con la vivienda donde se encontraba uno de los ladrones. Una vez en el lugar llamó a la policía que encontró el teléfono robado y lograron la aprehensión de los dos delincuentes.
En ese mismo marco, la feroz pelea que ocurrió en la mañana del domingo que una vivienda de Quequén y por la que terminó baleado Roque Salvador, se habría originado también por el robo de un teléfono celular según las primeras versiones de los testigos del hecho.
Esta modalidad delictiva viene causando estragos, al punto que la cifra de hechos que tienen como objetivo estos equipos de comunicación asciende actualmente a 6.000 por día en todo el país, de los cuales el 90% retorna al circuito a través del mercado negro.
El Gobierno Nacional lanzó hace unos meses el programa ‘Registrá tu linea y hablá seguro’ con la idea de parar el robo de teléfonos pero hasta la fecha la medida ha resultado poco o nada efectiva porque los robos continúan y con ellos la clonación de teléfonos y la reventa ilegal.