El juicio por el asesinato de Santiago Vitale tuvo un episodio inesperado: la madre de la víctima decidió perdonar al acusado, lo abrazó y ambos lloraron juntos. Minutos antes, un hermano del fallecido rompió un vidrio del Tribunal y terminó aprehendido.

El caso ocurrió en la madrugada del 5 de mayo del año pasado en una quinta ubicada en 98 y 155 cuando el cuidador, Fabián Rafael Dos Santos, de 26 años, le efectuó dos disparos que le causaron la muerte de manera instantánea. Acto seguido, desnudo el cuerpo, lo arrojó en una zanja y quemó sus prendas con otras pertenencias.

Como coartada, que poco tiempo después se cayó, había manifestado a los policías que le disparó a un individuo que pretendía robar cerdos que se hallaban en un corral de la quinta.

Tiempo atrás la madre de la víctima refirió que Santiago tenía adicción a las drogas, y que no pudo contar con la ayuda de ningún organismo del Estado para una internación y tratamiento que lo ayudara a resolver ese grave problema de salud, agregado que el acusado era la persona que le proveía los estupefacientes.

El fiscal Guillermo Sabatini indicó que los elementos de prueba reunidos dieron por probada la existencia del hecho y la autoría material por parte de Dos Santos, para quien solicitó una pena de 25 años de prisión.

La misma postura expresó el abogado Juan Pablo Roselló que representó a los familiares de la víctima, mientras que resultó totalmente distinto el enfoque realizado por la defensa del joven oriundo de la provincia de Misiones

La defensora oficial, Laura Barbafina, señaló que ambos protagonizaron una discusión en la que Dos Santos se defendió de una agresión armada.

Pidió a los jueces por su absolución al haber actuado en legítima defensa, y en forma subsidiaria planteo la figura de exceso en la legítima defensa.

Culminados los alegatos el acusado pronunció sus últimas palabras para dar su propia versión de la manera en que ocurrió el sangriento hecho de sangre.

Dijo que existió una discusión entre ambos que derivó en una pelea, añadiendo que la víctima portaba un arma de fuego.

Aseguró que producto de forcejeos se produjo una detonación del arma de Vitale que hirió a este, pero aún en esas circunstancias intentó agredirlo, situación que lo llevó a dispararle con la escopeta que tenía en su poder para defender su vida. Después refirió que tiró el arma de la víctima en un determinado lugar.

Vale decir que por esto último la policía realizó rastrillajes en distintos sectores y la supuesta arma nunca pudo ser hallada.

El final de la audiencia tuvo como protagonista a Nancy López, madre de la víctima. La señora manifestó que como cristiana y a pesar que había mentido lo perdonaba, aclarando que su actitud no debe influir en la decisión que deben adoptar los jueces.

Inmediatamente después la mujer se abrazó con el acusado, ambos lloraron y luego intercambiaron algunas palabras.

Entre los testigos que declararon lo hizo el personal policial que se hizo presente en la escena del crimen, un integrante de la DDI que analizó los teléfonos secuestrados, surgiendo que previo al hecho existieron mensajes y la pareja de Dos Santos, entre otros..

Al principio lo hizo el propietario de la quinta, el médico Adolfo Gutiérrez, quien en ese entonces se encontraba en Buenos Aires y se enteró de lo sucedido mediante una llamada telefónica realizada por el acusado.

El tribunal de juicio integrado por los doctores Mario Juliano, Luciana Irigoyen Testa y Carlos Herrera dispuso que el veredicto y eventual sentencia se producirá el próximo martes a la hora 11.