“Por el momento no”. “Por el momento no quiero declarar”, palabras casi calcadas fueron las elegidas por Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez, las dos jóvenes que comenzaron a ser juzgadas por el homicidio de Lucio Dupuy, el niño asesinado a golpes en noviembre del año pasado en La Pampa, cuando la jueza Alejandra Ongaro, una de las integrantes del Tribunal de Audiencias de Santa Rosa, les preguntó si tenían pesando declarar en la primera audiencia del debate.

Espósito Valenti es la madre de la víctima. Páez, su pareja. Lucio, antes de ser asesinado, sufrió abusos sexuales, según la acusación del Ministerio Público Fiscal.

El debate comenzó hoy a las 8.45 y se realiza a puertas cerradas. Por tratarse de un caso donde la víctima fue un menor de edad y que sufrió abusos sexuales, el juicio no es público.

El primero de los 105 testigos del debate fue Cristian Dupuy, el padre de la víctima. Declaró durante más de una hora y media.

Hasta anteanoche, cuando fueron trasladas a la Cárcel de Mujeres U-13, situada en Santa Rosa, las dos acusadas estuvieron alojadas en una unidad penitenciaria de San Luis.

Antes de la primera audiencia, el abogado Manuel Aguerrido, a cargo de la querella, dijo que la familia de la víctima espera condenas de prisión perpetua para las dos mujeres y no descartó que pueda haber un fallo en el que sean halladas culpables de “homicidio agravado por odio de género”.

Además de Ongaro, el debate está a cargo de los jueces Aníbal Olié y Daniel Sáez Zamora. La acusación está encabezada por los fiscales Walter Martos, Verónica Ferrero y María Mónica Rivero y Aguerrido, que representa al padre de la víctima. Verónica Silvana Ferrero y María Mónica Rivero

Espósito Valenti, la madre de la víctima, vestida con un buzo a rayas blanco y rojo, la mamá de Lucio se sentó en un extremo de la mesa asignada a las defensas, mientras que su pareja se ubicó en el sector contrario.

“La [prisón] perpetua requiere de un agravante. Entendemos que puede haber un fallo novedoso respecto del homicidio por odio de género”, sostuvo Aguerrido poco antes de comenzar el juicio.

El abogado sostuvo que cree que Lucio era agredido desde “por lo menos fines de 2020″ y que existen comunicaciones “claritas” entre ambas acusadas, en una de las cuales se escucha a una decir “Lucio ya sabe que tiene que decir que se cayó de un árbol”.

Consultado sobre los dichos del forense que vio el cuerpo del niño y dijo que en sus 30 años de profesión nunca había visto algo así, Aguerrido se quebró y dijo “sí, es así”.

La madre de Lucio está acusada por la fiscalía de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y formas concretas de realización y con acceso carnal vía anal y oral; agravado por ser la ascendiente, por ser cometido por dos personas y por existir convivencia entre ella y la víctima menor de 18 años; “todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ser la ascendiente, por ensañamiento y alevosía”, según la informó la Oficina de Comunicación Institucional del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de La Pampa.

Páez está acusada de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y formas concretas de realización y con acceso carnal vía anal y oral; agravado por ser la guardadora al momento de los hechos, por ser cometido por dos personas y por existir convivencia entre ella y la víctima menor de 18 años; todo como delito continuado; en concurso real con homicidio calificado por ensañamiento y alevosía.

Después de que los jueces dieran inicio al debate, cada uno de las partes presentaron los lineamientos de la acusación y la defensa.

La teoría del caso de la fiscalía, según los lineamientos de la acusación, es que, el 26 de noviembre del año pasado, las acusadas agredieron a Lucio en forma conjunta, entre las 17.30 y las 19.40, causándole “múltiples lesiones” en el cuerpo y en la cabeza, y que murió luego de un período de agonía.

Aguerrido adhirió a la teoría del caso y a la calificación legal del Ministerio Público Fiscal, pero agregó que el homicidio fue además por odio de género y que las imputadas fueron responsables por acción u omisión de las presuntas conductas violentas.

“No importa quién fue la autora y quién cooperó porque ambas fueron autoras”, sostuvo el abogado querellante. Además, pidió que los hechos se evalúen en el marco de la ley 26.061 de Protección integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes.

Graciela Massara, integrante de la Asesoría de Niñas, Niños y Adolescentes, le pidió al tribunal que “ponga especial a la temporalidad de las heridas” y que evalué dos circunstancias: la mendacidad de las imputadas cuándo manifestaron cómo se produjo la muerte de Lucio y la edad y el sexo de la víctima, según lo informado por la Oficina de Comunicación Institucional del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de La Pampa.

María Silvina Blanco Gómez, defensora oficial de Páez, dijo que “el resultado muerte no fue querido” por la joven y que, por el contrario, ella “procuró evitarlo”. Y agregó que “existen dudas razonables” sobre la imputación de abuso sexual y que la acusada acompañó a Espósito Valenti cuando le otorgaron el cuidado del niño porque “hay sospechas de que Lucio ya sufría maltratos” cuando convivía con la familia paterna.

Además, al refutar a la querella, afirmó que “no es indistinto la autoría que la colaboración” cuando eventualmente se comete un delito.

Pablo De Biasi, defensor oficial que representa a la madre de la víctima, explicó en los alegatos de inicio del debate que Espósito Valenti “no fue la autora material” de los delitos por los que está imputada, indicó que “hay dudas razonables” para poder probarle los hechos y reiteró que Lucio ya venía sufriendo agresiones antes de que quedara a cargo de su madre.

Las defensas de las dos acusadas sostuvieron que tratarán de probar la inocencia de las imputadas o alternativamente que haya un cambio en la calificación legal.

Para que declare el padre de Lucio, la querella solicitó que en la sala de audiencias no estén presentas las dos acusadas.

Cristian Dupuy respondió primero las preguntas de Aguerrido. Hbaló durante 45 minutos y relató cómo había sido la vida familiar con Espósito Valenti y Lucio. Recordó cuál fue la relación con la madre de su hijo y cuándo vio por última vez al niño.

Después, el testigo respondió a las consultas de Ferrero y Massara y finalmente las preguntas de las defensas. Blanco Gómez lo interrogó sobre ciertas fechas y temas puntuales, y De Biasi apuntó específicamente a circunstancias personales sobre el cuidado de Lucio y su vinculación con él.

La Nación