Seguramente habrá que esperar para juntarse a festejar a lo grande con las personas que nos acompañan en las buenas y en las malas. Pero eso no le quita razones para celebrar este día. Te contamos la historia.
Seguramente este lunes nos encontrará a través de las distintas plataformas virtuales, ya que se celebra el Día del Amigo en Argentina y hay que cumplir todavía con algunas de las normas de cuidado para evitar que se multipliquen los contagios de coronavirus. Aunque solo serán distintas las formas, porque de fondo los festejos tienen el mismo propósito.
Pero… ¿Por qué recordamos a nuestras amistades todos los 20 de julio?
Quizás algunos ya lo saben, pero la festividad se remonta a la fecha en la que el hombre llegó por primera vez a la luna, en 1969. Entonces fue un argentino que, prendido a la televisión de época, miraba alucinado el alunizaje y tuvo la iniciativa.
El odontólogo Enrique Ernesto Febbraro, oriundo de Lomas de Zamora, creyó relevante la fecha porque la llegada a la luna de Neil Armstrong “hermanaba a toda la humanidad” y porque “la amistad es la virtud más sobresaliente porque es desinteresada”.
Así se puso en campaña y envió más de mil cartas con la iniciativa de instaurar el Día del Amigo en esta fecha, repartidas en unos cien países. De esas misivas, unas 700 personas respondieron para acompañar lo que consideraban que era una buena propuesta.
Por eso, 51 años después seguimos celebrando a quienes eligen acompañarnos incluso por encima de nuestras ideologías, decisiones y realidades, tanto en Argentina como en algunos otros países de la región latinoamericana.
Este Día del Amigo será diferente, pero no por eso menos importante; y seguramente habrá motivos para seguir festejando después del aislamiento.