Violeta, rosa, verde, azul. Esos y más colores se vieron en la noche del viernes desplegados en algunos cielos de la Argentina a causa de las auroras australes, que ocurrieron como consecuencia de una serie de desprendimientos solares que comenzaron el miércoles pasado. Ushuaia fue el epicentro del fenómeno acá, que se replicó de todas formas en otros puntos como los alrededores de la capital de Tierra del Fuego, Santa Cruz, la Base Marambio y la Base Orcadas en la Antártida, e incluso en Pinamar, provincia de Buenos Aires. Sin embargo, no fue posible de apreciarlas en la Ciudad y Cindy Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), explicó por qué no aparecieron en territorio porteño.

La pregunta que respondió Fernández en un hilo de la red social X fue: ¿Por qué se ven auroras en lugares como Italia o el sur de España, y no las vemos en Buenos Aires aunque estamos en latitudes similares?.

Según explicó, las auroras se forman porque el campo magnético terrestre atrapa las partículas cargadas del sol y las canaliza llevándolas hacia los polos. “Estas partículas reaccionan con la atmósfera polar y emiten fotones, o sea, luz”, dijo la representante del SMN, que sin embargo advirtió: “Hasta acá todo muy bien, pero hay una pequeña omisión”.

Entonces, aclaró que esas partículas del sol son redirigidas al polo magnético y no al polo geográfico del planeta; además de que estos dos polos casi nunca coinciden. “El geográfico no cambia, es sobre el que gira la Tierra y allí confluyen todos los meridianos. El magnético es, ni más ni menos, donde apunta la brújula. Y se mueve”, diferenció.

Luego de hacer ese contraste entre ambos polos, Fernández contó que las auroras se forman alrededor del magnético. “En el caso del hemisferio norte, ambos polos están muy cerca. Pero en el hemisferio sur ¡hay casi 3000 kilómetros de distancia con el polo sur! Y para colmo, el magnético se encuentra en el extremo más alejado posible de la Argentina”, refirió.

Para concluir con su explicación, la experta informó: “Por lo tanto, cada vez que se forman auroras australes, lo hacen mucho más cerca de Australia que de Ushuaia”.

No obstante, dejó una esperanza para los porteños y para quienes habitan en las cercanías. “La buena noticia es que se mueve unos 15 kilómetros al año y se espera que se invierta con el del norte, así que en varios miles de años podría estar cerca de nosotros”, concluyó.

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) había emitido el viernes una advertencia infrecuente por una tormenta geomagnética severa, cuando una llamarada solar alcanzó la Tierra por la tarde, horas antes de lo anticipado. Según consignó la Agencia AFP, se espera que los efectos de ese proceso duren todo el fin de semana y, posiblemente, los primeros días de la semana próxima.

La Nación