Una inusitada cantidad de ballenas francas se pudo observar este fin de semana en las costas de Necochea y Quequén.

La presencia de los cetáceos se constituyó en atracción, aunque para poder verlas en plenitud, dada la distancia de la orilla del mar, resultó necesario contar con equipamiento fotográfico de última generación e incluso la utilización de drones.  Otros, más osados, se atrevieron a navegar en kayaks prácticamente junto algunas de la ballenas para tomar fotografías.

Emilio Gómez, un comerciante local aficionado a la fotografía y filmaciones, pudo captar bellas imágenes de la presencia de las ballenas, viéndose a todas ellas en primer plano y los edificios de la villa balnearia de fondo, tal como se puede apreciar en las publicaciones que realizó en su cuenta de Facebook.

También Hugo Cristian Nör, otro comerciante aficionado a la fotografía, logró captar imágenes de la presencia de las ballenas en aguas del litoral atlántico frente a las costas de Necochea y Quequén.

Sin bien no es algo habitual que aparezcan estos cetáceos tan cerca de estas playas, es algo que en los últimos 20 años se ha venido produciendo con mayor frecuencia.

Esto obedece a que se ha modificado la ruta de migración de las ballenas francas. De allí que, a diferencia de lo que sucedía anteriormente, ahora se las pueda divisar en diversas ocasiones.

Los ejemplares que se vieron este fin de semana son ballenas francas australes. Tienen una longitud promedio que ronda entre los 13 y los 15 metros, en el caso de los machos, y de 16 metros las hembras.  Su peso, siendo adultas, llega a las 40 toneladas.  Cuando nacen miden de 3 a 5 metros desde el hocico a la cola.

Las ballenas francas, año tras año, regresan a una misma área de cría. Por ejemplo, la Península Valdés, en la provincia de Chubut. Por lo general regresan al sitio donde nacieron. A esta fidelidad al sitio de origen se la denomina filopatría.

Las ballenas francas tienen filopatría a las áreas de cría como Península Valdés o las costas de Santa Catarina, en Brasil. O a distintas bahías de Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia.

La caza indiscriminada de la ballena franca llevó a que se la declarara en peligro de extinción. Desde el siglo XIX, su población original se redujo hasta un 90 por ciento.

En la actualidad existen aproximadamente entre 8.000 y 10.000 ejemplares. De ellos, un 20% han sido registrados en aguas de jurisdicción de la Argentina.

La ballena franca es un animal que nada lento y flota una vez muerto. Es muy fácil de cazar. Y su cuerpo rinde el equivalente a 7200 litros de aceite (unos 40 barriles).