Luego de dejar la presidencia el 10 de diciembre, el ex presidente Mauricio Macri volvió de las vacaciones y realizó su primera aparición pública junto a un grupo de referentes y militantes del PRO en Villa La Angostura, donde hizo un balance sobre la última etapa de su gobierno.
El encuentro fue definido como una charla “casual” e “íntima” por algunos asistentes. “Estoy convencido que esta vez no nos van a llevar puestos como en el 2001″, sentenció Mauricio Macri durante el diálogo con ciudadanos rionegrinos.
“La verdad de los últimos 30 días, a pesar de estar física y anímicamente destruido por ese año y medio, fue una experiencia increíble. Me llevaba la energía de todos ustedes. Me llevaba, me llevaba, me llevaba”, reflexionó el ex jefe de Estado sobre el último tramo de la campaña presidencial, donde protagonizó actos masivos en todo el país.
“Era impresionante lo que sentíamos y llorábamos… Eso es lo que nos dejó esa situación amarga de no poder continuar, pero convencidos de que no nos van a llevar puestos como en el 2001”, resumió en uno de los videos de la charla que circularon por las redes sociales.
En otro tramo de la actividad, el ex mandatario reveló que planteaba recaudos hacia el interior de su equipo gubernamental sobre el nivel de endeudamiento durante su gestión: “Yo siempre les decía a todos, cuidado, que yo conozco los mercados, que un día no te dan más plata y nos vamos a la mierda”. Y lamentó que sus funcionarios y allegados le pidieran que se quedara “tranquilo” ante el incierto frente financiero.
Sentado en círculo y con un pullover gris, Macri agregó sobre la responsabilidad de esa tarea: “Sentí que tenía sobre mi cabeza a los 44 millones y sabía que no íbamos a poder seguir tomando deuda eternamente, que no podía para ningún lado achicar ese gasto, mismo dentro de Cambiemos había problemas”.
Durante ese pasaje de su reflexión, el ex jefe de Estado recordó las discusiones que tuvo con dirigentes de Juntos por el Cambio cuando quiso igualar las “asignaciones familiares” se paguen el mismo monto en la Patagonia y en La Matanza.
Y prosiguió: “No se puede tomar deuda eternamente, hay que corregir esto. Después, cuando vino, fue un año y medio que fue una pesadilla…El dólar por acá, el dólar por allá”. El eje del comentario apuntaba a la crisis que se originó en mayo de 2018, cuando los inversores financieros dejaron de prestar divisas al país y se disparó una fuerte devaluación, lo que conllevó a que su gobierno le pidiera al Fondo Monetario Internacional (FMI) unos 46.300 millones de dólares.