El domingo de las elecciones empezó más temprano para Ernesto García que para la mayoría de las votantes. El gaucho, de 66 años, se despertó a las 4 de la mañana, tomó unos mates, se preparó, alimentó a su caballo, “Chiquito”, y salió de la quinta en la que trabaja hacia la Escuela Rural N° 8, a la altura del kilómetro 16 de la Ruta 226.

Ernesto García tuvo que recorrer 30 kilómetros hasta la Escuela N°8, a paso lento para que cuidar a “Chiquito”, ya que el camino, al ser tan pedregoso puede lastimarle los vasos.

“Hay que cumplir, este es un deber cívico. Además, ya me multaron una vez por no venir a votar y hay que hacer muchos trámites que no puedo”, explica García, quien cumplió con su voto impulsado por una mezcla de compromiso y “temor” a la reprimenda.

Cerca de las 10 de la mañana García ya había votado y aprovechado el viaje para comprar algunos suministros en el almacén. Se subió a “Chiquitito” y echó a andar, a paso lento, para recorrer 30 kilómetros al lomo de su caballo hasta su casa.

La directora de la Escuela Rural N°8 se mostró muy satisfecha por la organización a pesar de que se registró faltante de autoridades de mesas y los comicios tuvieron que arrancar casi una hora tarde.

Fuente: www.lacapital.com.ar