Luego de un tiempo de estar asignados a la restauración del Lago de los Cisnes y la protección de las especies que lo habitan, el cuerpo de Guardaparques municipal retornó a su habitual destacamento de Avenida 10 y calle 97, pero esta vez en una sede totalmente reacondicionada para brindar un mejor servicio y optimizar la funcionalidad de su accionar.
En el lugar, ubicado en un punto estratégico del Parque Miguel Lillo, se realizaron tareas de pintura y reparación para dejar a nueva una estructura que presentaba señales de deterioro por el paso del tiempo.
Además, se reacondicionaron los baños públicos para que puedan ser utilizados por vecinos y turistas. Allí, se destaparon los pozos, se repararon las pérdidas de agua y se instalaron caños para mejorar la situación cloacal.
Con respecto a las reformas, Claudio Ramón, titular del espacio, explicó que “está a la vista todo lo que se ha hecho. Se restauró la oficina y, gracias a las gestiones de la Secretaría de Protección Ciudadana y el esfuerzo de nuestro personal, quedó todo arreglado para que el área pueda funcionar de la mejor manera”.
Sobre la atención al público, el coordinador reveló que “cualquier cosa que la gente necesite ya puede pasar por el destacamento, o bien consultar con el personal que está patrullando continuamente en el Parque”, mientras se tramita la instalación de la línea telefónica fija.
El cuerpo de Guardaparques cuenta con una flota motorizada para cubrir el total de la extensión del gran pulmón de nuestra ciudad y llegar a tiempo ante cualquier emergencia. Para cumplir de buena manera con esta arista, “el próximo fin de semana estaría lista la camioneta que funciona como unidad forestal”, según afirmó Ramón, y que se sumará a los cuatriciclos y motos con los que se traslada habitualmente el personal, completando así el cuerpo vehicular.