La sustracción de ventanas que ocurrió en las últimas horas en la ex clínica privada  Regional, que también registra algunos hechos de vandalismo, parecerían ser el paso previo a la usurpación del edificio.

Las instalaciones permanecen cerradas desde hace varios años como consecuencia de la quiebra que dejó en la calle a sus empleados, conflicto que derivó en la intervención de la justicia Civil de nuestra ciudad.

El paso del tiempo contribuyó en el estado de abandono que presenta el lugar, totalmente carente de un adecuado mantenimiento. Se advierte en la parte externa y en las dos superficies descubiertas, tanto por calle 53 como 66, que otrora cumplían la función en el ingreso de ambulancias y proveedores.

La suciedad, el crecimiento de pastos y cables caídos, entre otras irregularidades predominan en el paisaje que presentan ambos sectores.

También se notan incipientes actos de vandalismo en algunos vidrios de ventanas situados en la planta baja y alta, respectivamente.

El último ingreso en la ex clínica privada  sucedió el 24 de marzo de este año cuando a pedido de la Asociación Cooperadora del Hospital Ferreyra, la justicia autorizó el retiro  de mobiliario y demás elementos para poder ser utilizados durante la pandemia de coronavirus.

Esta mañana se pudo apreciar la sustracción de al menos tres ventanas completas.

Lo sucedido causó el malestar y al mismo tiempo preocupación entre comerciantes y vecinos que, con lógica razón, temen que este accionar continúe y se agrave con una posible usurpación.

La situación descripta no escapa a la suerte que corrieron otros lugares emblemáticos de la ciudad, siendo un claro ejemplo las instalaciones del Complejo Casino. En  reiteradas veces ha sido vandalizado, saqueado y, como si ello fuese poco, también ocupado de manera ilegal.

Para que la misma historia no se repita en la ex clínica Regional es sumamente imperioso que quienes tienen la responsabilidad de velar por la conservación y seguridad tomen cartas rápidamente. Todavía se está a tiempo de evitar un problema con consecuencias mucho más graves