Hay ocasiones en que los mejores balnearios no son los que aparecen en todas las publicidades. Santa Clara del Mar aparece como ese refugio costero que muchas familias descubren casi por recomendación, y con un ritmo completamente diferente al que puede ofrecer su vecina Mar del Plata.
Los techos de teja, sus calles de conchilla y ese aire de pueblo tranquilo contrastan con la verticalidad que caracteriza a otros destinos de la costa atlántica. La ubicación estratégica a 386 kilómetros al sudeste de Buenos Aires permite armar escapadas de fin de semana sin mayores complicaciones logísticas. Pero: ¿cómo surgió este balneario que hoy convoca tanto a quienes buscan tranquilidad como a los que quieren estar cerca de la oferta cultural marplatense?
Una fundación con nombre propio
La historia de Santa Clara arranca con Antonio Orensanz, quien en una tarde “luminosa y de mar calmo”, según relata en su libro “Orígenes de Santa Clara del Mar y Otras Localidades”, visitó un predio de 400 hectáreas que había pertenecido a Clara de Anchorena y Mercedes Anchorena, familia tradicional argentina propietaria de grandes extensiones de campo.
Considerando las virtudes geográficas del lugar y el enorme desafío urbanístico, Antonio presentó una contraoferta para adquirir las tierras. La conectividad con Buenos Aires resultaba clave en aquel momento, algo que hoy se mantiene vigente: conseguir pasajes a Santa Clara del Mar sigue siendo sencillo, con servicios que en temporada estival aumentan la frecuencia hacia Mar del Plata. Si desea más información sobre precios y horarios haga click aquí.
El 28 de mayo de 1948 se firmó el acta que dio comienzo a la Sociedad Santa Clara del Mar S.R.L y se pusieron en marcha los planes urbanísticos. José María Orensanz, hermano menor de Antonio y socio fundador, trabajó en el área de publicidad y supervisión de obras.
El 20 de febrero de 1949 se inauguró Santa Clara del Mar con todas las obras terminadas y una fiesta que convocó a más de ocho mil personas, incluyendo deportistas, artistas y figuras destacadas de la época. La celebración incluyó una carrera de natación en el mar con llegada a las playas, un monumental asado criollo, exhibición de acrobacia aérea, música en vivo y baile.
Playas para todos los perfiles
¿Qué hace especial a Santa Clara? Su geografía presenta algo curioso: en solo algo más de un kilómetro, el relieve cambia completamente. Se pasa de playas cortas de arena compacta con barrancos a playas extensas con médanos bajos. Siete playas divididas por espigones de piedra conforman la oferta costera, todas con acceso libre y servicio de guardavidas durante el verano.
Los espigones también funcionan como espacios de pesca durante todo el año. Ocho espigones iluminados permiten obtener buenas piezas de pejerrey, borriquetas, corvinas, pescadillas, brotolas, pez elefante y rayas. La pesca embarcada resulta otra opción para quienes buscan ejemplares de mayor tamaño y especies que raramente salen desde tierra.
Cultura cervecera y patrimonio natural
Desde el año 2001, la Fiesta Nacional de la Cerveza Artesanal se ha convertido en uno de los eventos más representativos de Santa Clara. Creada por un grupo de productores cerveceros junto a la ex comisión de apoyo al turismo y la Secretaría Municipal de Turismo, esta celebración coincide con el aniversario de la localidad. Cada año convoca a miles de personas que disfrutan de la elaboración de cerveza artesanal local y una extensa grilla de espectáculos musicales.