La Casa Blanca y el Fondo Monetario Internacional (FMI) fueron informados de la presentación que harían Alberto Fernández y Martín Guzmán frente a los gobernadores para transparentar la negociación que emprenden ante Kristalina Georgieva con el objetivo de refinanciar los 44.000 millones de dólares que contrajo Mauricio Macri cuando ocupaba Balcarce 50.

El Presidente y su ministro de Economía se mostraron muy críticos del FMI, y Axel Kicillof cerró el círculo cuando le tocó hablar frente a un auditorio que exhibió la ausencia de los mandatarios provinciales que pertenecen a Juntos por el Cambio: “Estados Unidos” y “cabe revisar la estrategia”, deslizó el gobernador bonaerense.

Esos dos conceptos de Kicillof -Estados Unidos y cabe revisar la estrategia- causaron una reacción en cadena que pasó de la Secretaría del Tesoro a la Casa Blanca. En Washington asumen que Kicillof es el principal asesor económico de Cristina Fernández de Kirchner, y ayer evaluaron que su discurso encierra una posible estrategia de negociación que Alberto Fernández y Guzmán siempre negaron.

El Presidente desterró el concepto de ajuste, Guzmán deslizó que las conversaciones están trabadas por la perspectiva que tiene Estados Unidos sobre el programa fallido que aplicó Macri, y Kicillof completó la parábola apuntando a la Secretaría del Tesoro y advirtiendo sobre la posibilidad de un cambio de estrategia.

En estas circunstancias, a Alberto Fernández le costará muchísimo cerrar un acuerdo con aval de Estados Unidos. Y sin el respaldo de Joseph Biden, Argentina camina directo hacia un nuevo default soberano.