El juicio por la muerte del empresario Guillermo Depierro se encamina hacia final, y con ello se decidirá la suerte de los cinco imputados. El primer paso se dará mañana, lunes, cuando las partes (acusación, defensa y particular damnificado) realicen sus respectivos alegatos ante los jueces que conforman el Tribunal Oral Criminal.
Está previsto que la jornada se inicie a las 15 hs en el recinto de sesiones del Concejo Deliberante y todo hace prever que se extienda por espacio de varias horas; probablemente con más de un cuarto intermedio teniendo en cuenta la duración que demandarán las exposiciones.
Las defensas representan el mayor número con cinco abogados, todos de la Defensoría Oficial.
El debate se inició el último lunes y hasta el miércoles se produjo la producción de la prueba oral a través del testimonio que ofrecieron 33 testigos. También se reprodujeron los audios de las escuchas telefónicas que comprometen a varios de los acusados de homicidio en ocasión de robo, calificación impulsada desde el Ministerio Público.
La primera en prestar declaración fue Shely Jacquier, víctima del violento episodio y esposa de Depierro. Puntualizó que ni bien ingresaron en la vivienda fueron sorprendidos e inmediatamente maniatados de pies y manos por cuatro individuos encapuchados que decían ser de Mar del Plata.
Recordar semejante situación hizo que en varios pasajes de su relato rompiera en llantos, cuando contó los golpes de los que eran objeto tanto ella como su marido.
La mujer no ocultó sus sentimientos de bronca porque ninguno de los delincuentes asistió a su esposo en el momento de la descompensación que luego le provocaría la muerte, “no tuvieron piedad”, puntualizó.
Jacquier, que describió el rol que cumplió cada asaltante, no ocultó el miedo vivido cuando estos la amenazaban con pasarle corriente eléctrica y después matarla. Mirando a los acusados les dijo: “No se merecen nada, se lo tienen merecido”.
La testigo Silvia Rivero, ex empleada doméstica de la familia Depìerro complicó a los acusados Carlos Benigno Luna (jefe de la banda) e Ivana Benítez.
La mujer reconoció que haberle contado a esa última, a quien consideraba su amiga, la venta de una propiedad de los padres de Shely Jacquier. La fiscalía tiene por probado que Benítez transmitió esa información a Luna y a partir de ello se planificó el golpe que culminó con la muerte del apreciado vecino.
También resultaron claves para la estrategia de la acusación y el particular damnificado los testimonios de los policías que participaron en la investigación, la declaración del médico forense que practicó la operación de autopsia y un vecino a quien el imputado Marcos Ibauza pretendía venderle relojes y otros elementos de valor sustraídos en el atraco.
Cabe señalar que ninguno de los imputados decidió declarar para dar su propia versión de los hechos; seguramente ello obedece a una estrategia de sus abogados defensores, o bien por la complicada situación en la que se encentran. No obstante, este lunes tendrán la oportunidad de hacerlo si así quisieran en el momento de decir la última palabra, ni bien finalizados los alegatos.
Luego, los jueces pasarán a deliberar y en un plazo de cinco días se conocerá el veredicto y eventual sentencia de este caso que hace dos años causó una fuerte conmoción en la sociedad.