Un espeso colchón de espuma cubrió en las últimas horas la costa Quequenense, acompañado de una fuerte crecida que provocó que el mar llegue hasta los acantilados.
La pleamar, por encima de los valores habituales, no provocó daños visibles, pero si mostró una nueva postal del paisaje costero.
En cuanto a la espesa espuma que tapó por completo la arena, los expertos señalan que se trata de una emulsión que se forma por la agitación de las olas, el aire y compuestos orgánicos disueltos en el mar que actúan como tensioactivos (detergentes).
Este fenómeno puedo originarse por la presencia de una floración extraordinaria de microalgas que, al romperse por el efecto de las olas, liberan proteínas, lípidos y otras sustancias orgánicas de su interior.
A medida que el agua de mar es batida por las olas rompientes en la zona de olas adyacentes a la costa, la presencia de estos agentes tensoactivos en estas condiciones turbulentas atrapa el aire, formando burbujas persistentes que se pegan la una a la otra a través de la tensión superficial. Debido a su baja densidad y persistencia, la espuma puede ser soplada por fuertes vientos en tierra desde el interior de la playa.
Fotos y video: Carlos Esparza – Nuestro Pueblo Quequén