Acompañado por su familia, amigos, profesionales integrantes de la Asociación por un Mundo Igualitario (AMI) y docentes de su colegio, Tito, de cinco años, legalizó su cambio de género este lunes, en el Registro Provincial de las Personas de Mar del Plata, y se convirtió en el nene trans más chico de la ciudad en realizar el trámite.
La historia de Tito ya había alcanzado notoriedad pública cuando el diario La Capital, en una extensa nota publicada el 15 de febrero de este año, contó el proceso que el niño atravesó desde la primera vez que, a los dos años, manifestó su disconformidad con la identidad que se le había adjudicado por tener genitales femeninos.
“Princesa no, caballero”, fue la primera de muchas definiciones que Tito diría y que empujarían a sus padres, Guadalupe y Matías, a no sólo zambullirse en la teoría existente en el tema, sino también a buscar profesionales que acompañen, contengan y faciliten el camino elegido por el menor.
Camino que hoy alcanzó su primer desenlace: la rectificación de género de su partida de nacimiento, un simple trámite administrativo que le permitirá, en algo más de diez días, contar con su DNI actualizado. El nombre elegido se resguardará para la intimidad de la familia, aunque todos saben que seguirán llamándolo por el apodo que él mismo se puso hace más de dos años: Tito.
Además de sus padres y su hermana, Isabella (8), Tito llegó hoy a las 11.30 al edificio público de avenida Independencia 2846 acompañado por sus abuelos, sus tíos, un vecino, tres maestras, cuatro amigos de su colegio y los profesionales e integrantes de AMI, que encabezan desde hace más de un año un acompañamiento clave: la abogada Claudia Vega, el psicólogo Jorge Visca y Samuel, activista por los derechos de la comunidad LGBT+. El clima de alegría que se vivía era tal, que una empleada del lugar debió pedir silencio en dos oportunidades.
Luego, finalmente, el trámite se hizo. Y fue a tres años de la primera vez que Tito pidió no ser llamado por el nombre femenino de su documento, a dos del día que sorprendió a sus maestras pidiendo actuar de bombero con sus amigos varones (y no de bombera, como las nenas del aula), y a uno de aquella tarde en la que entró al consultorio de Visca, accedió al acompañamiento jurídico de Vega y su colegio desarrolló, con la participación de las áreas de Derechos Humanos tanto municipales como nacionales, dos charlas sobre identidad de género con padres y docentes de la institución educativa privada de la ciudad.
La rectificación también se dio cerca de una fecha más que simbólica: hace tan sólo una semana, la Ley de Identidad de Género cumplió siete años. Definitivamente, mayo será para Tito el mes de la reivindicación.